«Epidemia de tabaibas…»

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“… los que sembraban con lágrimas cosechan entre cantares. Al ir, iba llorando, llevando la semilla; al volver, vuelven cantando, trayendo las gavillas…”…” (del salmo 125).

“… que comáis el pan de vuestros sudores…” (del salmo 125).

“… siembras año por año… hierba que se renueva; que florece y se renueva…” (del salmo 89).

“… sea ternero o cordero… al comenzar la siega del trigo… el cabrito…” (del libro del Éxodo 34, 10-28).

“… carneros… cebones… toros, corderos y machos cabríos… al hambriento la comida de los campesinos… alimenta a los pobres…” (del tratado de Tertuliano, presbítero, sobre la oración).

“… un pastor que apacienta el rebaño… lo reúne… toma en brazos los corderos y hace recostar a las madres…” (del Cántico de Isaías 40, 10-17).

“… la irrisión y la burla de los que nos rodean… ovejas de tu rebaño…” (del salmo 78).

“… tu que guías… a un rebaño… preparaste el terreno…” (del salmo 79). .

… es lo que tenemos. Las tabaibas traspasan todo terreno, y llegan a todas partes. No tienen freno ni frontera. Y la selva es de solo tabaibas. Cubiertas por ellas, ya no se ve el color de la tierra. Solo encontramos irracionalidad, brutalidad, salvajismo en todo este hacer de las tabaibas (multas, y más multas, sin más, por nada y por todo). Nadie se enfrenta al cabildo. Y esto avanza hacia la miseria. Comenzamos a ser los más pobres teniendo la posibilidad de ser los más ricos. Nos ganan la guerra, con el hambre y el paro. En el campo, ya no hay manos que lo trabajen, y el hambre comienza a dejarse ver, con estragos. Lo rural, vive su tragedia jamás vista en la Historia. Las autoridades solo ven deportes que ofrecernos (para drogar opiáceamente al populacho). Cada vez van -o vienen- más a Cáritas, desde el campo. Las tabaibas, están antes que el hombre (¡deprimente!). Las tabaibas, antes que las personas (la tierra, para ellas [las tabaibas]).

Tanta indiferencia ante el hecho tabaibero solo significa que esta sociedad está más que enferma. Está más que clara y evidente, la corrupción política, mantenedora de esta situación irracional (¿tabaibas, para qué?). Nada cambian, sino a peor. Son muchos, y cada vez más, los que viven de lo que les dan (¡eso no es vida, ni vivir!). Tenemos derecho a la tierra y a comer de ella, pero este derecho nos lo tienen conculcado. Se adueñan de lo tuyo, con una simple denominación categórica, con la que ya no puedes ni pisar lo tuyo, y si hicieras algo en ello, mejor, ¡te embarques! Ya no eres dueño de lo tuyo, sino el cabildo, y te lo custodia o guarda, vigila y controla el seprona y el miedo ambiente. No se respeta ni el derecho a la propiedad, te la roban.

El Padre Báez

Florentino López Castro

Florentino López Castro

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