“EL RELATO” Y LA MANIPULACIÓN PERIODÍSTICA

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El relato, el mensaje y «las noticias», llegan a los ciudadanos a través de los medios de comunicación. Son ellos (los medios), los que deciden de qué se habla y de qué no, qué es «noticia» y que no, de quien se habla cada día y a quien se silencia, a quien se pone en un altar y a quién se manda al infierno; independientemente de lo acontecido y su importancia.

La inmensa mayoría de ciudadanos no se informa y los que lo hacen tienen uno o dos medios favoritos en los que confían ciegamente, por lo que no suelen contrastar las informaciones recibidas. Ya lo decía Mark Twain: Es más fácil engañar a la gente que convencerlos de que han sido engañados…

Los medios de comunicación privados, son a su vez propiedad de la banca y los grandes poderes económicos, quienes «les marcan el paso» y por consiguiente su línea editorial. A esto hay que sumarle la gran influencia de las redes sociales, con numerosos perfiles -a sueldo o no- que son correa de transmisión de los citados medios, de partidos políticos o lobbies de interés. Los medios públicos son utilizados con frecuencia como herramienta política de propaganda del partido gobernante. En Madrid, por poner sólo un ejemplo, no es descabellado escuchar a ciudadanos de a pie admitir con pasmosa normalidad la famosa frase de la Presidenta de la Comunidad de “se iban a morir igualmente”, referida a la mortandad los 7.291 ancianos fallecidos en las residencias de Madrid durante la pandemia del coronavirus, lo que da la medida de la contaminación mediática y la poderosa influencia de los medios en la sociedad. Esto explica que en muchas localidades y barrios de aquella comunidad, mayoritariamente habitados por trabajadores y pensionistas, entreguen el voto de forma reiterada a una señora con evidentes taras e incapacidades, que no le permitirían gestionar ni la presidencia de una escalera de vecinos, de no ser por el bombardeo mediático que normaliza tremendos desvaríos políticos y de gestión.

He podido presenciar debates sobre el estado de la nación, y a continuación -masoquismos aparte- visionar el debate periodístico surgido al calor del debate parlamentario, para quedarme ojiplático comprobando que, el citado debate no tenía nada que ver con lo acontecido en el Congreso de los Diputados. Daba la impresión de que los periodistas estuvieron echándose unas copas mientras se celebraba el debate político, puesto que lo argumentado por éstos nada tenía que ver con lo debatido en el Congreso. Es algo que sucede con cierta frecuencia en determinados medios, especialmente lo privados, en los que nadie parece cuestionarse un mínimo de ética y respeto hacia los ciudadanos.

Conclusión:
Son los medios de comunicación y determinados periodistas “con pedigrí” -que mienten como bellacos- los que dicen a los ciudadanos lo que es importante y lo que no, lo que deben pensar y lo que no, y así redirigir las dudas y certezas de toda la sociedad…

Contrastar las informaciones con espíritu crítico se ha vuelto una necesidad imperiosa en esta jungla de manipulación periodística en la que nada es lo que parece. Y si no quédense con el show que vemos estos días sobre la imputación del Fiscal General del Estado por no se sabe muy bien qué…

En fin, que ya no sé si cortarme las venas o dejármelas largas…

Paco Vega

Florentino López Castro

Florentino López Castro

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