EL EMPRESARIO TELDENSE LUCIANO NAVARRO DENUNCIA EL ‘SECUESTRO’ DE CASI 24 HORAS QUE SUFRIÓ EN URGENCIAS

Luciano Navarro, empresario y director de Vistamar Radio afincado en Telde hace más de 40 años, denuncia a través de ONDA GUANCHE el mal funcionamiento de la Sanidad canaria después de verse casi 24 horas ‘secuestrado’ entre el centro de salud de El Calero y urgencias del Hospital Insular en Las Palmas de Gran Canaria.

Comunicado de Luciano Navarro

Sábado 22, después de llevar 4 días curándome una gripe con remedios caseros, voy al Centro de Salud El Calero en Telde por urgencias, porque sentía un poco de dolor en el pecho, quería asegurarme de que no tenía que ver con la covid19. Hasta ese momento llevaba tres días apenas sin comer. Llego al Centro a las 11,47h. conduciendo mí coche sin ningún tipo de problemas, me llaman pasado más una hora.

Entre las muy poquitas pruebas, me toman la tensión y la prueba de la covid19, con resultado negativo, pero que la tensión muy baja, y que me tenía que ir al hospital. Les digo si puedo ir en mi coche o llamo a mi hijo para que me lleve y me dicen que tengo que ir en una ambulancia. Dos horas esperando por ella, no me decían lo que tardaría en llega. Llega una con un paciente que venia del sur y a seguir esperando, el chofer de esa ambulancia era un conocido. Vi mi informe para el traslado y me aconseja que vaya para mi casa, ante ese consejo le digo, amigo si todo funciona bien, le debo hacer más caso a la medico que a ti. Me responde que si decido ir por que no en mi coche o alguien de tu familia que me lleve, y no hagas un mal servicio de un medio que le puede hacer más falta a otra enfermo, que quizás él no pueda conducir, además le éstas ocasionando un gasto a la seguridad social que se lo pueden ahorrar. Me hizo sentir poco menos que yo era el culpable de todo lo que estaba pasando.

Vuelve otra ambulancia y tampoco era la mía. Por fin me llevan con otra persona y en urgencias empieza la odisea, me preguntan lo mismo que en el Centro de Salud El Calero y contesto lo mismo, como dije casi tres días sin apenas comer, pantalón corto y camiseta, me ingresan sin ningún tipo de pregunta, como si tu familia sabe que ésta aquí, usted ha comido, tiene usted más ropa, nada de nada, camillas pegadas unas con otras con otros enfermos, nada de protocolo de la covid1. Me van a poner junto a otro enfermo y le digo no hay distancia correcta y me pusieron en un sillón articulado incómodo durante las 10 h. que estuve allí.

Les comento que necesito contactar con mi familia porque ellos no sabían dónde estaba, y mi móvil en ese lugar no tenía cobertura, ahí comienza todas las negativas y donde me sentí como secuestrado, cuando me dicen que de allí no puedo salir hasta que me hagan las pruebas cuanto tardan, hay muchos pacientes delante, les pregunto si tardarán dos horas, 8 horas o 3 dias, me contesta que no saben. Les digo que debo salir si o si, por que tengo que comunicarme con mi familia y se enfrentan a mí que soy un paciente dos enfermeras, que de allí no puedo salir, cuando la cobertura estaba a poco más de un metro según me decía un enfermo que estaba cerca. La última solución que me dan que me fuera voluntariamente, una encerrona para ellos parecía ser la mejor antes que buscar la solución al problema, pensando que estaría poco tiempo, me aguante, pero pasaban muchas horas y rogándole que me solucionara de como contactar con mi gente, sin resultados, a una hora alta de la noche por fin ya me hacen análisis y el dedo me lo enchufa a un aparato.

Mientras espero sobre la media noche los enfermeros/as limpiando a los viejitos higiénicamente. Mucho movimiento de orinales, el enfermo que estaba a una distancia de 2 m. de mí podía moverse sin embargo tenía su orinar, nadie le dijo que tenía que ir al baño, se tragada sus propio olores y también yo que no tenía que ver con el asunto. A eso de la una de la madruga me ponen una vía con suero, hasta ese momento lo único que entra en mi cuerpo cuando llevaba unas 8 h. aproximadamente, ni agua ni comida ni nada de abrigo, al final a eso de 2 de la madrugada no podía más aguantar el frio y les pedí una manta. Un poco antes me visita la médico y me pregunta cómo me encuentro, que me han hecho para estar de una manera u otra, si la vía hace poco que me la pusieron, le pregunto si me queda mucho dice que aún me tiene que hacer una prueba.

Sigo preocupado porque mi gente no sabe dónde estoy y me contesta…, ¿usted quiere que llamemos a su familia? Me tiro manos a la cabeza, desde que llegué he estado rogando para que me ayuden como contactar con mi familia porque mi móvil no tiene cobertura, y todo ha sido respuestas negativas. A partir de ese momento más tranquilo, le dicen a mi hijo que cuando tenga el alta llamarían para que fueran a buscarme. Por fin el alta a las 3,30h. sin carga en mí móvil. Le digo si me puedo quedar unas horas más a que se haga de día, me contesta, te doy el alta y te vas cuando quieras, me quitan la vía y mientras le digo a los enfermero que voy al baño, no llevaba 5 minutos cuando me tocaron dos veces en la puerta y me dicen que tengo el taxi en la puerta, cuando yo no había pedido, ya que la médico me permitió quedarme más tiempo.

Les cuentos a profesionales de la medicina esta historia y me contestan que no tenía que haber existido historia que no tenía que haber ido al Insular.

Perfil biográfico: Hombre jovial

Luciano Navarro Ramírez, es un hombre vital y jovial. No para en todo el día. Se mueve permanente. Nació en Valsequillo en enero de 1947, está divorciado y realizó estudios básicos. Es el propietario de la firma Publiislas, especializada en serigrafía industrial y rotulación, y de la emisora Vistamar Radio, ambas emplazadas en un moderno edificio de la urbanización industrial de Salinetas. Navarro lleva más de 45 años unido al mundo de la radio. Empezó como comercial y en 1998 se decidió a montar su propia emisora, a través de la cual ha colaborado siempre con las acciones sociales de organizaciones como Yrichen, Cruz Roja, Radio ECCA y Club de Leones de Telde, entre otras. Estuvo vinculado al Club de Rotario de Telde durante algo más de dos años y sus dos grandes aficiones son el motor y la radio, aunque también le atraen la viticultura, viajar y la música, especialmente la copla.