El dedo en la llaga

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El concejal-capataz de Recursos Humanos andaba hoy suelto y sin vacunar viendo fichar por primera vez a «sus empleados» a través de la huella dactilar, a los que piensa cazar con el dedo en la llaga. La nueva herramienta de gestión de personal jubiló el reloj de fichar.

El caos se instaló la mañana del ya histórico día en las oficinas municipales donde se ha empezado a controlar el horario de sus empleados a través de la huella dactilar. El sistema de fichar detectará el absentismo para aplicar descuentos en las nóminas, aunque me dicen varios conserjes que el «Señor Google» ya les ha dicho trucos para vacilarse al lector de huellas.

La herramienta hace pasar a los empleados por el escáner de la huella digital para ajustar, sin margen de error ni cambios, a qué hora entran a su puesto de trabajo, cuándo salen y qué días están de baja, permiso o no asisten. La información se almacena de manera directa en un directorio para contar con las pruebas para luego volcar las incidencias e, incluso, repercutirlas en las nóminas con los consiguientes descuentos. Todo a partir de un lector biométrico instalado en las entradas, junto a un teclado para poder insertar el número privado que se ha asignado a cada uno de los operarios, cuyo acceso o manipulación sólo lo tienen los jefes de Servicios y los concejales de Área.

Los funcionarios me trasladaron que solicitarán a los grupos de la oposición que los asesores también pasen por el lector de huellas, ya que cobran el doble que la mayoría de los trabajadores municipales y a muchos y muchas se le ven apenas un par de horas a la semana por las Casas Consistoriales. Aunque me sugieren que para el personal de «confianza» les seria más cómodo si le instalaran el lector de huellas digital en la vinoteca, en el Casino o en la cafetería de Paco, «el macho».

Manuel Ramón Santana

Florentino López Castro

Florentino López Castro

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