El Cabildo se ha propuesto bajar a la Sima de Jinámar para estudiar la posibilidad de encargar la exhumación de los restos humanos de los represaliados durante la Guerra Civil arrojados a este tubo volcánico. Por otra parte, adjudicó este lunes a Tibicena la exhumación de los huesos hallados y por encontrar en el pozo de Tenoya.
Con asesoramiento de una empresa especializada y acompañado de especialistas en escalada, el Cabildo quiere hacer bajar en los próximos meses al fondo de la Sima de Jinámar a un técnico de Patrimonio Histórico para hacer una prospección de las posibilidades de recuperar e identificar los restos humanos de represaliados durante la Guerra Civil que permanezcan en este tubo volcánico.
El consejero de Cultura, Carlos Ruiz, adelanta que después de ese primer paso, y si el informe técnico posterior así lo aconseja, encargará la redacción de un proyecto para iniciar la exhumación de los huesos que puedan encontrarse en ese agujero de 76 metros de profundidad situado en Telde.
«Primero queremos ver si es factible», señala, para lo que resulta imprescindible que un especialista evalúe el estado de la fosa y la posible presencia de restos humanos, de la que han dado fe varios especialistas en montañismo que han descendido a la Sima en distintas fechas. La tradición oral habla de decenas de personas arrojadas a su interior durante la represión franquista de la Guerra Civil.
Por otra parte, el consejero de Cultura del Cabildo firmó este lunes la adjudicación del proyecto de exhumación de los restos humanos hallados y por encontrar aún en el pozo de Tenoya. La empresa Tibicena será la encargada de estos trabajos por un presupuesto de casi 20.000 euros. Comenzarán en «una semana o diez días más tardar» y tendrán una duración que «no se puede determinar con antelación».
El pasado 14 de marzo, dentro de los trabajos de excavación de este pozo de Arucas se hallaron varios huesos humanos, entre ellos un fémur, correspondientes en principio a dos varones. Estaban en una galería lateral, en buen estado de conservación.
En este pozo, la tradición oral sitúa los cuerpos de 30 a 50 represaliados en 1937. Los huesos aparecieron a unos 35 metros de profundidad y todavía quedarían 15 por excavar hasta el fondo, además de la mayor parte de las galerías laterales.
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