Están ya las listas electorales casi a punto de llegar a la imprenta, las papeletas en el proceso final para amontonarse al lado de otros tantos sobres, y todavía hay por ahí alguna ‘fiesta’ pendiente. La más señalada es la que está protagonizando el CCN, que menuda trayectoria pre-electoral ha metido; primero con la inesperada y sonadísima renuncia de Mario Torres y ahora con el guirigay de Juan Martel, la gestora, Vanessa Santana…todo producto de la inmersión del CCN regional en las aguas de Guillermo Reyes, o viceversa. El lamentable espectáculo puede que acabe pasando factura a la formación centrista, pese a los enormes esfuerzos de Martel por cuidar la estética, habida cuenta de una trayectoria personal más o menos coherente, no siempre aderezada con las mejores compañías políticas en los diferentes viajes.
A poco más de un mes para la cita con las urnas, en las calles de Telde percibo una amplia variedad de sentimientos, expresados como casi nunca, que dan la sensación de estar sufriendo un empacho de política. Los diferentes acontecimientos, en casi todos los escenarios, no hacen más que generar un clima de cabreo y saturación que muchas veces desemboca en desgana para cumplir con ese compromiso ciudadano, noble, de elegir a los representantes que tienen el deber de desarrollar con honestidad el cargo de gestor público, algo que muchos confunden con otra cosa, sobre todo cuando se está cerca del dinero público y las tentaciones se acercan a los despachos.
En medio de ese hartazgo, se cruzan cientos de encuestas que ofrecen un panorama de incertidumbre, repeticiones y de listas que aspiran a instalarse arriba mediante el factor sorpresa o el castigo a los más conocidos. Así, volveremos a ver quinielas con la incógnita principal de Mari Carmen Castellano; el retorno de un Pablo Rodríguez con una credibilidad muy escasa; las novedades como cabeza de lista de Carmen Hernández (NC) y el socialista Alejandro Ramos -quizá el que más palos en las ruedas está recibiendo-, la aspiración de Mas Por Telde de obtener un respaldo electoral acorde con la simpatía social que cultiva, la incógnita de Martel y su apuesta centrista con otras siglas…un lío auténtico. Y faltan los que quieren aprovechar todas las mareas (nacional, regional, local) para rascar un acta de concejal, circunstancia que no es descartable, ni que debe ser objeto de menosprecio, porque precisamente ese hartazgo social puede otorgarle el inesperado premio del sillón en el Pleno, a costa de castigar a los que se consideran malos gestores en la actualidad. En resumen, que nos queda un mes de ‘fiesta’, promesas, manitas por la espalda, invitaciones, falsos compromisos, juramentos en papel mojado y toda la parafernalia de este circo cuatrianual.
Antonio Sánchez, en LA HOJA POPULAR CANARIA de abril de 2015
