La escultura dedica al betunero, situada en la zona comercial abierta de San Gregorio, vuelve a aparecer dañada. Esta vez es la madera del banco donde se sienta el cliente del limpiador de zapatos, en el que se puede observar el deterioro que sufre una de las cinco barras de madera que componen el asiento. Este conjunto escultórico ha sufrido otros desmanes, como cuando tiraban el periódico al suelo hasta que hubo que soldarlo.
La Provincia-Dlp