La dualidad es algo bastante saludable. Nos permite tener opciones de elección además de poder caminar siempre de una manera simple y elegante en las variedades propias de la vida humana. La carencia se aleja de la dualidad y pertenece a un tipo de mente ligada a la carencia, a la queja y a la falta de voluntad para agradecer, visualizar y actuar.
En cambio, la abundancia es dualidad en si misma. Lo dual nos da las opciones de cambiar y permitir la manifestación de nuestros más sinceros deseos con la cortesía de la acción. Generalmente el realismo no ha construido este mundo. El realismo abanderado coarta la opción creativa e imaginativa del ser humano que crea vida donde nadie lo imaginó, que hace cosas nuevas y diferentes, es emprendedora y rompe los moldes de la mente.
Estas personas creativas van más allá, y siguen intentándolo no cayendo en la mediocridad de esperar obtener resultados instantáneos. Trabajan usando su talento, su talento natural, y arduamente desarrollando las habilidades una y otra vez.
Estas personas suelen ser muchas veces objeto de la incomprensión de la sociedad, básicamente porque la sociedad (de forma genérica) vive asociada a la falsa comodidad que le lleva a la infelicidad y no puede permitir que otros ejecuten los que ellos nunca se han atrevido.
Necesitamos más personas creativas y emprendedoras llenos de optimismo y que hagan felices a otras personas.
Pedro Fleitas González
