«Con las tabaibas el trabajo es imposible…»

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“… los malvados… confían en su opulencia y se jactan de sus inmensas riquezas… no perdura en la opulencia… perece como los animales…” (del salmo 48).

“… el enemigo me persigue a muerte… mi aliento desfallece…” (del salmo 142).

“… todo el día maquinando injusticias… autor de fraudes…” (del salmo 51).

“… violencia discordia… crimen e injusticia… calamidades… crueldad y el engaño… la guerra que me hacen… son muchos contra mí… traidores y sanguinarios…” (del salmo 54).

“… estoy temblando de miedo…” (del la carta a los Hebreos 12, 14-29).

… y así vamos a la cola, porque ningún trabajo es posible mientras las tabaibas ocupen lugares de cultivos y ganados.

Es mentira que el trabajo haya mejorado y haya aumentado (eso será fuera y si se dedican al sector primario, que si no, ¡naranjas de la china!).

Que allí o allá donde haya agricultura y ganadería hay trabajo, es de cajón.

Como aquí las tabaibas nos impiden ganados y cultivo, no tenemos nada, sino todo lo que nos traen de fuera, de donde sí haya trabajo (en agricultura y ganadería: ¡únicas fuentes de riqueza, de trabajo y comida!).

Que vamos a la cola y más atrás que podamos es evidente, pues si no te dejan tener una cabra ni dar un timbalazo en la tierra, ¿qué cabe esperar?

Solo tabaibas (agricultura amarga) y perros (ganadería estéril).

Nada ganamos, menos compramos.

Cada vez más parados y más la duración del paro; se salvan los cada vez menos que reciben alguna prestación.

Aumentan los que buscan la comida en Cáritas.

Aquí, en lugar de huelgas vamos al fútbol, y así no somos gente conflictiva.

Al carecer de cualquier materia prima, es imposible tengamos industria alguna.

Esto es de quiebra total.

Es, el resultado de proteger las tabaibas.

El pueblo, vive en la miseria.

Y la cosa va a peor, ¡ya lo veremos!

(*) El Padre Báez

Florentino López Castro

Florentino López Castro

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