Visitamos la Asociación de Vecinos El Tabaibal, en San Antonio. Uno de los referentes en cuanto a colectivos y sociedades recreativas de la isla. El Tabaibal ha evolucionado desde su constitución hace casi cien años como una sociedad privada a ser el auténtico centro social del barrio de San Antonio.
Sus 150 socios mantienen la actividad con su propia iniciativa y sin duda contribuyen a la prestación de servicios allí donde las instituciones no alcanzan a darlos, por la edad de sus socios y usuarios el edificio en la calle Enrique Granados ofrece las actividades propias de un centro de día , circunstancia que debiera hacer pensar a nuestros representantes públicos que estas entidades privadas también contribuyen a la cohesión social y son merecedoras de un trato adecuado.
La asociación el Tabaibal es sobre todo conocida por la celebración de bailes todos los viernes, pero sus locales están abiertos a la “celebración de cualquier evento” según nos indica su junta directiva en nuestra visita. También es el local donde se celebran las fiestas del barrio e incluso es sede electoral desde hace muchos años sin que perciban por ello ninguna contraprestación.
Al respecto han solicitado nos dicen, desde hace tres años una acuerdo de colaboración con el ayuntamiento que les permita al menos sufragar el pago del IBI anual. “Ni siquiera nos han recibido, no creo ni que se hayan leído nuestra la documentación que les hemos presentado por registro» nos dice D. Antonio su vicepresidente.
Una pena que los que traían la solución para Telde no tengan tiempo ni para contestar a una propuesta que consideramos justa y proporcional a la labor que realizan.
Ya en un ambiente más relajado, en la cantina donde vuelan los montaditos regados con el vino del Monte, un socio nos comenta que ya no paga la cuota de tres euros porque por antigüedad sólo tiene que pagar la mitad, “es que soy socio desde los quince años” dice con orgullo.
No nos cabe ninguna duda de que es la sociedad civil la que tira de este municipio y la que lo sacará adelante, a pesar de que las instituciones a veces nos den la espalda.
