«CIRUGÍA ONCOLÓGICA»

Comparte esto:

Pues bueno, llegó el día, y el pasado miércoles 05 de junio ingresé en el Hospital Insular, para preparación y ser operado al día siguiente día 06. No quiero parar mucho en detalles de mi proceso, porque estos artículos que escribo, pretendo sirvan más de transmisión de sensaciones y concienciación, que sirvan al resto de personas, que una redacción literal de cada aspecto.

Basta con decir al respeto, y con el fin de tranquilizar también ha muchísima gente que me ha escrito esta semana que he estado más desconectado, que estoy bien, que el jueves, el día de la intervención fue un día complejo y cansado, que los resultados parecen buenos, y que, con energía, a pesar de las molestias, heridas y puntos, el fin de semana me tenían que ir a buscar los médicos al pasillo con el gotero, porque me dijeron que caminando me recuperaría antes.

Y a partir de aquí quiero transmitir algunos aspectos que considero importantes reiterar o reseñar, aparte de lo ya expresado, para pacientes, familias y a quien le sirva un cambio en su vida, para tener “menos boletos”, para esta patología:

  • Lo primero de todo, es mi inmensísimo agradecimiento y reconocimiento absoluto a los y las profesionales que tenemos en la sanidad pública, celadores-as, auxiliares, enfermeras-os, anestesistas, cirujanos-as, especialistas, oncólogos-as, etcétera, por el trato y atención tan humana prestada, es realmente increíble la calidad humana de muchos y muchas de ellas.

(Recuerdo con cariño a una enfermera, que cada vez que venía a la habitación me tenía que sacar sangre o pinchar, era tan dulce, que le dabas el brazo y le decías pincha ahí, jeje…otra que se peleo con media planta para conseguirme un buen almuerzo, cuando ya pude dejar la dieta líquida; y así puedo seguir nombrando mucho más).

Podemos quejarnos de lo que queramos en la sanidad pública, como en cualquier ámbito de la vida, con margen de mejora en muchos aspectos por supuesto, pero les aseguro por experiencia intensa propia vivida, que más del 99% de sus profesionales se desviven por nosotros y nosotras; y que más allá de las deficiencias que pueda tener la sanidad, que como he argumentado en numerosas ocasiones es necesario seguir desarrollando, el día que dejemos de creer en ella la perderemos, y ahí tenemos grandes países, que o tienes seguro privado, o tienes dinero, o te mueres.

Les voy a poner solo el ejemplo de una dosis que me ponen del medicamento que necesito en oncología, está por encima de los 5.000 € por dosis, así que echen cálculos, aunque no haya tenido una gripe en mi vida, con este dinero por las dosis que he necesitado, tengo más que amortizado lo que llevo toda mi vida cotizando.

Es curioso, y permítanme lo exprese en la forma más respetuosa posible, aquello de lo que no somos conscientes de lo que cuesta realmente, desde lo más básico, multiplicado por miles y miles de personas, parece que no lo valoramos convenientemente.

 Aunque repito, que sobre todo en el tema de las Listas de espera y las mejoras en todo lo que rodea Urgencias y sus diagnósticos, como he podido trasladar recientemente a un alto cargo sanitario del Gobierno de Canarias, debe ser algo que debe mejorar; Desde las instituciones no podemos excusar este último aspecto, a que la gente va a urgencias sin casos urgentes que la masifican y colapsan, algo que por supuesto no es recomendable, pero no es de recibo esperar una semana para que te atienda tu médico de cabecera.

  • En segundo lugar, cuando la cirujana me vio al día siguiente de la operación en planta, algo que dijo también a mi familia cuando me operaron, la dieta que había seguido estos meses, bajando mi peso al peso exactamente ideal que debo tener, incluso un poco menos, prácticamente sin grasa abdominal, hizo que pudiesen operar de una manera más efectiva y llegar al órgano en concreto con más facilidad y menor trauma, y, por ende, una recuperación más rápida.

Es algo que, incluso consciente de la importancia de la alimentación como he trasladado, me sorprendió como los profesionales hasta en tres ocasiones me transmitieron lo importante de haber estado como estaba, con una alimentación más que adecuada, y un trabajo físico básico que mantuviera mi masa muscular más que necesaria. ¡Ténganlo muy en cuenta en vuestra salud!

  • Por último, las ganas de mejorar y la energía que le pongas en todo el proceso es vital.

Que ha habido días malos en los que no te apetecía levantarte de la cama, por supuesto que sí, y esos días son importantes permitirse ese descanso.

Pero que fueron más, los que no me encontraba bien, pero que tiraba de mí, para caminar, cocinar o hacer pesas en casa, por supuesto también.

El otro día, y perdonen me vaya por las ramas, hablando con mi compañero de habitación en el hospital, un señor mayor, abogado jubilado, encantador, me contaba una historia de una señora que le diagnosticaron cáncer y que le daban poco tiempo; La señora dijo que tenía que criar a sus hijos y no podía permitirse morir (curiosamente lo mismo que expresé yo cuando me diagnosticaron), y esa señora no falleció hasta que sus hijos estuvieron criados.

Son realmente curiosos estos aspectos, que les aseguro no es el único que puedo nombrar, lo importante de tu fuerza interior y lo que ayuda en casos así.

Volviendo al asunto, al día siguiente de operarme, como dije, ya estaba caminado por los pasillos con el gotero, y a cada analítica me salía mejor, con el tránsito recuperado en menos de 48 horas, y ya el lunes veía a los médicos, cito palabras textuales, eufóricos con la recuperación.

¿Soy un superhombre?, para nada, pero tengo una meta y un objetivo muy importante, que es llegar en condiciones pronto al cumpleaños de mi hija, y yo no incumplo mi palabra.

Ahora ha pasado algo más de una semana desde la operación y ya en casa desde hace unos días, evitando esfuerzos y recuperando, pese a que mi sangre me pide más; Introduciendo despacio nuevos alimentos, que hambre pasé a base de dietas líquidas y manzanillas, jeje; Con revisiones de control en breve y tratamientos en su caso, pero pronto habremos superado esto, con una lección de vida y de limites necesarios en ella, se clara y cristalinamente.  lo que quiero y lo que no en mi vida, que desgraciadamente tenemos que vivir para comprender, por lo que, con mis manifiestos, espero se entienda lo que es recomendable no tener en tu vida, desde la alimentación, hasta quien te acompaña en ella, para tener “menos boletos”, reitero la expresión, y no tengan que vivirla, ni esta, ni ninguna parecida. (el otro día conocí paseando por los pasillos también a un señor de unos 50 años que le dio el primer infarto, pero tan fuerte que casi no lo cuenta, y me llevaría un libro escribir todo lo que hablamos y pensamos).

Sobre el cáncer o enfermedades que, desgraciadamente se lleven a solo una persona antes de lo que debiera por mayor, o no le permitan desarrollar su vida como debiera, pedir a los gobiernos oportunos que se siga apostando al máximo por tratamientos e investigación, porque estas realidades no son justas, y de estas patologías antes o después, se viven desgraciadamente en casi todas las familias, desde las más humildes a las más pudientes.  Existen mucha cantidad de gastos superfluos con cualquier administración, analicen si se pueden aplicar mejor. Gracias

Un abrazo y tengan siempre un objetivo importante en la vida que les sirva de meta para salir de cualquier bache, un objetivo que sea realmente importante desde el corazón para ustedes. ¡Les Ayudará!

José Suárez, vecino de Telde y paciente oncológico

Florentino López Castro

Florentino López Castro

1 comentario en ««CIRUGÍA ONCOLÓGICA»»

  1. ADENOCARCINOMA de RECTO, SIGMA Y COLON
    Gracias a mi trabajo de Celador, he podido conocer muchos lugares y destinos, unos, para bien y, otros, no tanto, pero el conjunto ha sido satisfactorio.
    Estando viviendo en Telde, ya con mi irreversible situación personal, no laboral, surgieron algunas enfermedades que, en más de una ocasión, tuvieron como final el ingreso obligado en el hospital (no cito porque no quiero que más de uno llore…).
    Tras una intervención de urología, Ureteroscopia,
    por piedras en el riñón derecho, en el año dos mil trece, apareció, en la arteria renal derecha, un aneurisma de siete milímetros que, a día de hoy, sigue teniendo esa misma medida y no ha habido alteraciones que den paso a una intervención quirúrgica…
    El trece de agosto de dos mil veintiuno me citaron en el despacho de la Unidad de Vascular, en el hospital de referencia para darme una noticia que cambiaría mi vida radicalmente.
    Pensaba que algo malo había sucedido con el aneurisma de la arteria renal derecha, o eso creía yo, pero no, no era nada de vascular, era algo peor que me dejó con la mente en blanco y mi estado anímico se derrumbó en ese momento.
    En un segundo pasé de tener una acelerada vida a tener un mal sabor de boca y un “no saber qué iba a pasar” con la noticia que recibí.
    Ese día de un caluroso mes de agosto me dieron la peor noticia de mi vida: me dijeron que habían detectado en el “sigma”, entre el colon y el recto, un pequeño “bultito” que medía treinta y tres milímetros.
    El aneurisma, lo que a mí me preocupaba, seguía igual que hasta ahora…
    Veintidós días posteriores y tras efectuar un nuevo TAC urgente, el “bultito” había pasado a medir de treinta y tres milímetros a cien milímetros.
    – ¿Es un cáncer? -pregunté al médico que me atendió.
    No me lo confirmó, pero su cara daba a entender que sí, que era lo que posteriormente se confirmó.
    Tras las pruebas necesarias para tener la certeza de que era lo que se suponía, diagnosticaron un cáncer, un adenocarcinoma colorrectal (*) que, según me dijo el especialista de digestivo en su consulta tras realizar la colonoscopia, sus palabras quedaron grabadas a fuego en mi corazón: “Sólo le deseo que tenga un buen oncólogo y un buen cirujano, porque le van a hacer falta”.

    (*) El adenocarcinoma colorrectal es la tercera causa de muerte por cáncer en mujeres y la cuarta en hombres a nivel mundial. Se diagnostica en su mayoría en pacientes mayores a los 50 años, siendo la edad media al momento del diagnóstico los 72 años.

    El tres de noviembre del año dos mil veintiuno cambió mi vida para siempre.
    Ese día fue cuando me operaron y me quitaron veintidós centímetros de tripa: entre “colon, sigma y recto”.
    Según el oncólogo que llevaba mi caso, era necesario recibir veinticinco sesiones de radioterápica y veinticinco días tomando un fármaco llamado “capecitabina, de ochocientos veinticinco mg” cada doce horas.
    A mí me hicieron tomar mil seiscientos cincuenta mg. cada doce horas por día, en la mañana y noche.
    Unos meses después, el oncólogo que lleva mi caso me mandó a la unidad de medicina nuclear para que me hicieran un “PET/TC” y, para sorpresa mía y de todos, el resultado fue que… “no hay cáncer”, “No datos de recidiva local o a distancia” es lo que dice el informe médico de Medicina Nuclear y así lo corrobora la Doctora de Oncología Radioterápica del Hospital Dr. Negrín de Las Palmas.
    ¿Milagro…? Todo puede ser… Cada uno es libre de pensar lo que quiera. Para mí, lo fue.
    Actualmente sigo con las pruebas necesarias para su control y seguimiento.
    A tener presente que:
    El 13/08/2021 el “bultito” medía 33mm.
    El 27/08/2021, el “bultito” medía 100mm.
    El 03/11/2021, el “bultito” medía 170mm. Quitaron 22cms. de tripa y, según se ha visto, fue suficiente para que, a fecha de hoy, no hay cáncer que haga peligrar mi vida.
    Mi particular consejo es que, si le han de hacer la prueba para saber si hay o no cáncer en su cuerpo, no tenga miedo en hacerla, no se demore en ir a hacerse la prueba que, a ciencia cierta, le ayudará a saber y poner remedio a tiempo.
    Saludos.
    Javier María Martí Martínez.
    Telde, 16/06/2024

    Responder

Deja un comentario