Si uno mira el diccionario y busca la palabra Regeneración, lo que nos encontramos es algo así: “1 Mejora que se hace en un sistema o en una actividad para que sea más efectiva o importante, especialmente después de un periodo de deterioro; 2 Proceso por el cual se genera o produce de nuevo una cosa, generalmente una parte del cuerpo o un tejido que se había destruido; 3 Abandono de un modo de vida que se considera perjudicial o malo desde un punto de vista moral.”…
Si a esa palabra le añadimos “Democrática” se sobreentiende que lo deteriorado a mejorar, es el sistema bajo el cual nos guiamos, y lo que se busca es reparar el daño causado en aras de una mejor “convivencia democrática” y que lo “perjudicial o malo desde un punto de vista moral” es, sencillamente el insufrible nivel de corrupción en que estamos metidos (o, al menos, eso es lo que yo, a mi humilde entender, interpreto)…
Si esto es así (más o menos), no atisbo a comprender cómo el partido del Gobierno que tanto habla de “Regeneración Democrática”, al elaborar sus listas para las próximas elecciones las rellena de personas imputadas o incluso acusadas (en espera de juicio oral), sin el menor asomo de pudor por su parte. De hecho, mientras otras formaciones políticas han prometido no llevar imputados en sus listas (con algunos matices, es cierto, ahí está el caso de Coalición Canaria con Clavijo), resulta que tanto el Partido Popular como Vox evitan esa promesa… ¿Quizás porque entonces se quedarían casi sin candidatos?
Incluso se han “olvidado” de que hace unos meses tan sólo, afirmaron que vetarían en sus listas para estas elecciones a “todos los imputados por casos de corrupción”, o, al menos, eso aseguró Carlos Floriano en Noviembre. Ahora, el Presidente Rajoy matiza que “no todas las imputaciones son iguales: hay que ir caso por caso”…
Y tiene razón el hombre: no todas las imputaciones son iguales. El problema es que en sus listas, entre mayor es el nivel de imputación, más alto es el rango alcanzado en ellas, siendo “primeras espadas” personas imputadas con proceso de instrucción ya finalizado y en espera de apertura de juicio oral…
Aquí mismo, en Canarias, para no ir más lejos, podemos citar a Paquirrín González, actual alcalde de Mogán y cabeza de lista (caso Góndola), a Águeda Montelongo, cabeza de cartel para el Cabildo de Fuerteventura (caso Patronato) o a María del Carmen Castellano, actual alcaldesa de Telde y cabeza de lista (caso Faycán), tres casos cuyos juicios deberán celebrarse en los próximos meses (recordemos que la causa del caso faycán, que ya debía haber empezado, se ha retrasado porque el Presidente de la Audiencia Provincial de Las Palmas, Emilio Moya, considera que, de celebrarse el juicio antes de las elecciones locales, “perjudicaría” la “carrera electoral” de la alcaldesa, por lo que ha considerado “de sentido común” el retrasar la causa, cuyo retraso puede ser de hasta quince meses).
Pero al PP no parece importarle mucho el daño que puede hacer a las instituciones el que de pronto sus máximos dirigentes (caso de ganar las elecciones) se vean inmersos en un juicio y la repercusión mediática que ello conllevaría. Ya los ciudadanos de Telde sufrimos en su día la vergüenza de ver a todo un Grupo de Gobierno entre rejas y que nuestra ciudad fuera triste portada en todos los medios de comunicación.
Al Partido Popular nada de eso le importa. Quizás sea por el control que ejercen sobre el Poder Judicial, porque no se han dado cuenta de que el pueblo ya está más que harto de estas conductas delictivas, o porque con la nueva reforma se han cargado de un plumazo las imputaciones: a partir de ahora, en vez de hablar de “imputados” deberemos hacerlo de “investigados”, en vez de “acusados” tendremos “encauzados” y muy probablemente a estos corruptos amigos de las prebendas en vez de llamarles “chorizos” deberemos dirigirnos a ellos como simples “embutidos”…
(*) Angel Rivero García www.encanarias.wordpress.com
