En Valsequillo, ese municipio de medianías que parece olvidado hasta que alguien necesita un voto, la política vuelve a ser un sainete de primera categoría. Y como buen sainete, tiene sus protagonistas: Francisco Atta, que sigue en el sillón de la alcaldía con más equilibrio que un equilibrista en zancos; Teodoro Sosa, que ahora juega a ser el gran diseñador del municipalismo canario; y el PSOE, que en lugar de aclarar si está con unos o con otros, ha preferido el clásico “ni contigo ni sin ti”.
El PSOE en Valsequillo se ha convertido en ese amigo que te promete que viene a ayudarte con la mudanza… pero al final solo se presenta con una bolsa de papas fritas y una excusa de campeonato. El concejal socialista, Víctor Navarro, que parecía dispuesto a sumarse a la moción de censura contra Atta, al final se quedó quieto, como quien no quiere la cosa, porque desde arriba le dijeron: “¡quieto parado!, que Valsequillo no se toca, que necesitamos estabilidad… en Las Palmas”.
Claro, uno se pregunta: ¿y qué tiene que ver Valsequillo con la capital? Pues todo. Porque aquí los municipios pequeños sirven de moneda de cambio, como las fichas del parchís: “te salvo a Atta, tú me apoyas en la capital y todos contentos”. Política de altura, la llaman. Yo la llamo cambalache insular.
Mientras tanto, Primero Canarias Municipalistas, la criatura de Teodoro Sosa, se frota las manos. Sosa ya no frena cambios: los diseña. Valsequillo se convierte en su laboratorio político, una especie de Ikea del municipalismo donde todo se ensambla con llave Allen: un concejal del PSOE por aquí, un pacto tácito por allá, un discurso progresista envuelto en papel de regalo… y ya está, montaje listo.
Lo irónico de todo esto es que, al final, los valsequilleros, esos vecinos que suben y bajan cada día a Las Palmas para currar y que lo único que piden es un municipio limpio, con servicios básicos y sin tanto teatrillo, ven cómo su pueblo se transforma en tablero de ajedrez de las élites políticas insulares. Y aquí, el jaque mate nunca se da en la plaza de Tifariti, sino en los despachos de la capital.
Así que, mientras la oposición se lamenta por una moción abortada y el PSOE juega a la ambigüedad, Atta sonríe, Sosa diseña y los ciudadanos asisten a otra función de este teatro político donde las entradas siempre las paga el mismo público: el de los vecinos.
Juan Santana, periodista y locutor de radio
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1 comentario en «VALSEQUILLO: EL PUEBLO QUE VALE MÁS QUE MIL PACTOS INSULARES»
estamos esperando al día X
cuidadito víctor
ten presente que as dado la palabra de honor a varías personas.
deseo de verdad que la cumplas
lo contrario ya tú sabes…
Valsequillo no es moneda de cambios a gusto de unos políticos.
Valsequillo es soberano nuestro pueblo estamos esperando la dedicion de victor
está semana es decisiva
insisto te estamos esperando victor