En la última reunión de “Tertuliando desde la Resistencia en Telde”, los tertulianos pusieron el dedo en la llaga: el problema de la vivienda en el municipio. Y lo hicieron recordando que en Telde existe una empresa pública llamada FOMENTAS, cuya razón de ser es gestionar y promover viviendas. Una empresa pública no se crea para competir en el mercado ni para cuadrar balances como si fuera un supermercado; se crea para dar soluciones a la ciudadanía, especialmente a las familias que no pueden acceder a una vivienda digna en el mercado libre.
Sin embargo, la realidad es tan tozuda como dolorosa: en los últimos años no se conoce ni un solo estudio, ni un solo proyecto, ni una sola propuesta para la construcción de viviendas en el municipio. Y lo que es más sangrante: tampoco se ha movido un dedo respecto a las miles de viviendas a medio hacer que llevan años abandonadas y que podrían formar parte de una solución real y tangible al problema habitacional.
Telde tiene terrenos disponibles, tiene una empresa pública especializada y, sobre todo, tiene una necesidad urgente de vivienda. Lo que no tiene, al parecer, es voluntad política. Porque ni el gobierno local ni la oposición parecen tener prisa por enfrentarse a este drama. Nadie convoca reuniones, nadie presenta planes, nadie exige que FOMENTAS cumpla con la misión para la que fue creada. Y mientras tanto, el problema se agrava con cada familia que no encuentra casa, con cada joven que debe marcharse del municipio para poder independizarse, con cada bloque a medio terminar que se oxida en silencio.
La contradicción es brutal: no hay proyectos de vivienda, pero sí hay proyectos de fiesta. Este fin de semana toca fiesta en San Gregorio, fiesta en la Costa y fiestas populares en los barrios. No hay semana sin verbena, ni barrio sin tarima. La agenda cultural y festiva funciona como un reloj suizo: hay recursos, hay escenarios, hay organización. Y todo con la sonrisa del político de turno cortando la cinta o sacándose la foto de rigor.
La paradoja invita a la reflexión: ¿qué celebramos exactamente? ¿Celebramos que seguimos sin viviendas asequibles? ¿Que los jóvenes tienen que emigrar para poder tener un techo? ¿Que las urbanizaciones a medio terminar se pudren entre rastrojos y ratas mientras nadie da un paso al frente? Porque, al final, el derecho constitucional a la vivienda parece haber sido sustituido en Telde por el derecho a la verbena popular.
Los tertulianos lo resumieron con claridad: Telde necesita que la vivienda vuelva al centro de la agenda municipal. No basta con decir que la cosa está difícil ni culpar a la burocracia eterna de Madrid o de Bruselas. Aquí hay competencias, hay recursos y hay instrumentos como FOMENTAS que deberían estar trabajando. Y sin embargo, el tiempo se va en romerías, pregones y festivales.
La vivienda es estabilidad, futuro y dignidad. Las fiestas son importantes, forman parte de la identidad y de la alegría de los barrios, pero no pueden convertirse en el eje de la gestión pública. Las fiestas pasan, pero los problemas se quedan. Y el mayor de todos ellos —la falta de vivienda digna— sigue sin respuesta en Telde.
Por eso, en la plataforma ciudadana “Tertuliando desde la Resistencia”, que celebra sus reuniones todos los viernes en San Gregorio, el mensaje fue claro: los vecinos quieren soluciones reales, no más distracciones festivas.
Canarias Informativa
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María Jesus Viedma, docente, profesional de los métodos naturales de salud y representante del Centro…
1 comentario en «VIVIENDAS CERO, FIESTAS MIL: EL BALANCE DE TELDE»
En la foro falta el betunero hay que memeo toooooo