“VALSEQUILLO, EL PUEBLO DONDE TODOS SON DEL MISMO PALO (Y AÚN ASÍ SE PELEAN POR LA RAMA)”

Comparte esto:
En Gran Canaria, mientras unos se pelean por el sillón del Cabildo y otros por salir bien en la foto del pleno, en Valsequillo se cuece una telenovela política que ya quisiera Netflix.
 
Allí, la posible moción de censura contra el gobierno municipal de ASBA y Coalición Canaria lleva una semana en el aire… y parece que le han puesto luces de Navidad para que siga colgando.
 
El PSOE local, con su concejal Víctor Navarro al frente, dijo “¡vamos allá!” y dio el visto bueno para sumarse a la moción. Pero, claro, la dirección insular y regional del partido le respondieron con el clásico “ni se te ocurra, mi niño”.
 
Y no solo eso: si insiste, expediente disciplinario y puerta giratoria hacia fuera. Vamos, que como siga por ahí, el PSOE se queda sin representación en el Ayuntamiento y con el logo guardado en la vitrina de los recuerdos.
 
La historia política de Valsequillo da para una serie de televisión: “Juego de Sillas”. Porque de tronos, lo justo. Allí todos vienen del mismo palo: ASBA, Asamblea Valsequillera, Valsequillo Plural… parecen nombres distintos, pero si uno sopla un poco, todos huelen a la misma madera.
 
La diferencia es que unos son pino, otros tea, otros maderas nobles… pero todos se creen el mueble principal del salón.
 
Eso sí, juntos tendrían diez de los trece concejales del pueblo, pero como en toda familia canaria, se pelean por la herencia: quién se queda con el bastón de mando, quién con el acta y quién con el megáfono. Resultado: la izquierda valsequillera dividida, el pueblo confundido y el alcalde rezando para que la próxima transfuga no le deje también el grupo de WhatsApp.
 
Y hablando de transfuguismo, aquí viene la guinda jurídica del pastel: el Tribunal Constitucional cambió las reglas del juego.
 
Ahora los concejales no adscritos —esos que antes estaban castigados sin votar mociones de censura— pueden hacerlo libremente.
 
Vamos, que lo que antes era un “te vas pero no puedes votar”, ahora es un “te vas, votas y encima me tumbas”.
 
El alcalde de Valsequillo debe estar diciendo eso de: “si lo llego a saber, le mando flores el día de su santo”.
 
Pero aquí viene el secreto a voces que todos comentan en los mentideros políticos de la isla:
 
¿Por qué la moción de censura no se presenta ya?
 
Pues porque en Primero Canarias están con la plancha puesta y el traje colgado, esperando su congreso.
Nadie quiere mover ficha antes de saber quién sale reforzado en esa cita, no vaya a ser que firmes la moción con el que mañana se queda sin silla.
 
Así que todos en Valsequillo están en modo “pausa política”, esperando que acabe el baile de los cargos para saber con quién hay que hacerse la foto… y con quién no.
 
Lo de Valsequillo es un laboratorio político, sí, pero no de ideas, sino de estrategias de supervivencia. Un experimento de lo que puede pasar en muchos ayuntamientos de Canarias donde los egos son más grandes que los presupuestos.
Porque si en un pueblo de 9.490 habitantes hay cinco partidos, imagínate si tuvieran más de 10.000… habría que abrir turno de palabra por barrios.
 
Y claro, con las elecciones municipales a dos años vista, más de uno está afinando la calculadora electoral y preparando el discurso del cambio.
 
Aquí nadie espera a 2027: el que se quiera mover, se mueve ya… o justo después del congreso de Primero Canarias, que por lo visto es cuando se reparten las bendiciones.
 
Así que sí, en Valsequillo hay tensión, hay política y, sobre todo, hay entretenimiento.
 
Porque si algo nos enseña este municipio es que en Canarias no hacen falta mayúsculas para escribir “drama político”.
 
Y mientras tanto, los vecinos miran y piensan:
 
“¿Pero esto es el Ayuntamiento o el Club de la Comedia?”.
 
Juan Santana, periodista y locutor de radio
 
Florentino López Castro

Florentino López Castro

Deja un comentario