Mientras otras ciudades iluminan sus calles por Navidad, en Telde el gobierno municipal ha optado por una experiencia diferente: convivir con auténticos cráteres lunares en calzadas y aceras. Los vecinos no saben si pasean por su barrio o participan en un simulador espacial.
Baches convertidos en hoyos, hoyos convertidos en trampas y una dejadez que ya no se puede tapar ni con luces navideñas. Circular por Telde se ha transformado en una prueba de obstáculos, con riesgo para coches, peatones y, sobre todo, para la paciencia de los ciudadanos.
Desde VOX Telde nos preguntamos si el siguiente paso será cobrar entrada turística para visitar estos cráteres o incluirlos en el programa oficial de Navidad.
Porque gobernar una ciudad no es decorarla: es mantenerla en condiciones dignas durante todo el año.
