He querido esperar un par de días desde el paseo de Papá Noel en un coche descapotable por las calles del municipio teldense para ver si el alcalde, que tenía ‘manga’ con Santa, era capaz de arrancarle como regalo esos repuestitos que hacen falta para que los semáforos de varios puntos del municipio se pongan en marcha después de dos años, o más.
Peña, muy amante de las fotos y el boato con el que embobece a los ciudadanos que se dejan, tiene muy poco respeto a las normas de tráfico. Aparte de ignorar la necesidad de los semáforos en el tráfico del puntos clave del municipio, lo único ‘gracioso’ que protagonizó fue hacer el recorrido sentado en la puerta de un coche descapotable para tratar de exhibir su falsa etiqueta de proletario.
La regularización semafórica del tráfico en Telde se toma por los gobernantes locales como una solución de futuro. Del presente, desde luego, no es. El Gobierno que preside Juan Antonio Peña se harta de lanzar mensajes optimistas y halagadores de gran gestión, pero no son más que un maquillaje a las mentiras que emanan de su descontrol gubernativo
Aquel acuerdo plenario de octubre de 2023 donde se aprobó una partida de más de 400.000 euros para arreglar los semáforos en seis meses es papel mojado. El Gobierno de Peña no ejecuta los acuerdos, se ríe de la propia institución, y por supuesto de los ciudadanos que sufren a diario las incidencias de tráfico y los riegos de verse inmersos en algún accidente.
Enclaves como la Avenida del Cabildo, la rotonda Daora o la confluencia de la calle Torricelli con la carretera de Melenara son ‘puntos calientes’ en el paso diario de los cientos de vehículos que transitan por las calles de Telde. Hay evidentes riesgos de accidentes y/o atropellos de viandantes, pero eso al equipo de gobierno de Juan Antonio Peña le importa un bledo, como otras tantas cosas que redundan en la mejoría de los servicios.
Qué dos años perdidos lleva Telde con el gobierno actual. Bueno, tenemos fiestas y voladores, un equipo de drones para hacer un ‘Gran Hermano’ en los locales del antiguo restaurante escuela de Melenara… Gestión no tenemos, pero ‘mariconadas’ sobran.
Antonio Sánchez (periodista)
