El dirigente vecinal Juan Medina, presidente de la asociación Solidaridad con el Valle, lanzó un mensaje directo y sin rodeos a los vecinos y vecinas de Jinámar, a los que pidió dejar la pasividad, romper con la resignación y recuperar el protagonismo ciudadano, durante su intervención en el programa El Pulso, que se emite a través de la Plataforma Digital de Onda Guanche y presenta Juan Santana Hernández.
Medina reclamó a la ciudadanía que “se levante del sillón”, no como una llamada a la confrontación, sino como un acto de conciencia cívica, frente a lo que definió como años de abandono institucional y promesas incumplidas. “Si la gente no se mueve, si se queda en casa, siempre gobernarán los mismos”, advirtió.
El representante vecinal insistió en que la desmovilización social beneficia únicamente a quienes ostentan el poder, mientras los barrios continúan degradándose. A su juicio, Jinámar ha sido históricamente utilizada como escenario electoral, con visitas puntuales, actos de campaña y promesas que se diluyen una vez cerradas las urnas.
Durante su intervención, Medina fue claro al señalar que el voto es una herramienta decisiva, pero solo cuando va acompañado de participación, vigilancia ciudadana y memoria política. “No se puede cambiar nada si se vota sin exigir después, o si directamente se renuncia a votar por cansancio o decepción”, afirmó.
El dirigente vecinal pidió a los ciudadanos que no se dejen comprar con actos puntuales, comidas populares o gestos simbólicos en año electoral, y defendió la necesidad de apoyar proyectos y personas que presenten compromisos reales y sostenidos con el barrio.
Medina subrayó que su llamamiento no es una convocatoria a manifestaciones ni a la confrontación, sino una apelación a la dignidad colectiva de Jinámar. “Se trata de despertar, de organizarse, de participar y de no permitir que sigan decidiendo por nosotros”, explicó.
El mensaje final fue una invitación a recuperar la autoestima del barrio y a exigir políticas que estén a la altura de una población de casi 18.000 habitantes, que aporta de forma decisiva al municipio de Telde, pero que —según denunció— sigue recibiendo respuestas insuficientes.
Una intervención que refuerza la idea de que el cambio no llegará solo desde los despachos, sino desde una ciudadanía activa que decida dejar de esperar y empiece a exigir.
