Gáldar se le ha hecho chico. Quiere más. Más poder, más dinero, más influencia. Crítica a Román por su narcisismo, pero es más de lo mismo, sólo que con menos talla intelectual y menos clase. Román podrá estar acabado, pero, con Teodoro, lo política de verdad no gana más, salvo que hablemos de mediocridad.
Teodoro Sosa lleva años construyendo su imagen pública como el gran regenerador de la política grancanaria. Alcalde de Gáldar desde 2007 y ahora vicepresidente segundo del Cabildo de Gran Canaria, ha logrado proyectar una figura de gestor eficiente, cercano al pueblo y defensor de las tradiciones. Pero la realidad es otra. Sosa no es el cambio que promete; es la continuación de una política de caciquismo moderno, envuelta en discursos populistas y fotos en funerales.
Lo suyo no es regeneración, sino una ambición desmedida por el poder. Teodoro no se conforma con ser el cacique de Gáldar. Aspira a más. Quiere ser emperador de Gran Canaria, con un modelo que mezcla transfuguismo, control mediático, clientelismo y autoritarismo.
Del Nacionalismo al transfuguismo: El camino al poder personal
En 2023, Sosa se presentó a las elecciones bajo las siglas de Nueva Canarias (NC), el partido que lo impulsó durante más de una década. Pero apenas seis meses después, empezó a romper con la formación que lo llevó al Cabildo. No fue una ruptura clara ni ideológica. Fue una operación calculada de transfuguismo.
El plan de Sosa fue sutil pero letal: fracturar NC desde dentro, mientras animaba a sus concejales y consejeros a quedarse con las actas, aunque ya no respondieran al partido. Esta estrategia, que culminó con la creación de su propio partido personalista, es la antítesis de la regeneración. Es la política del «quítate tú para ponerme yo», un manual de transfuguismo que se estudia en las facultades como ejemplo de deslealtad democrática.
Sosa no ha construido nada nuevo. Se ha limitado a quedarse con lo que ya existía. Pero, claro, en política, cambiar de camiseta sigue siendo más fácil que crear un equipo nuevo.
Gáldar: Su Feudo y Laboratorio de Caciquismo
Si hay un lugar donde Sosa ha perfeccionado su modelo de poder, es en Gáldar. Su gestión allí es el ejemplo más claro de cómo funciona el caciquismo 2.0: contratos públicos dirigidos a empresas afines, empleos municipales repartidos entre simpatizantes y un control absoluto de las asociaciones vecinales a golpe de subvención.
En 2024, el Ayuntamiento de Gáldar aprobó 1,5 millones de euros para digitalizar la red de suministro de agua. Sobre el papel, es un proyecto moderno y necesario. Pero ¿quién controla esos contratos? ¿Qué empresas se llevan los proyectos municipales más jugosos? Las respuestas están siempre en el mismo círculo. Lo que Sosa llama gestión, otros lo llaman red clientelar.
Si criticas, te quedas fuera. Si aplaudes, tienes trabajo. Así de sencillo. Así de caciquil.
Medios de Comunicación: Silencio a golpe de publicidad
Uno de los pilares de su imperio es el control de la prensa local. La fórmula es conocida: si aplaudes al alcalde, el Ayuntamiento y el Cabildo contratan publicidad con tu medio. Si criticas, desapareces de la lista de contratos institucionales. El resultado es una prensa dócil, incapaz de cuestionar las decisiones de Sosa por miedo a perder ingresos.
El problema no es solo económico. Es democrático. En una sociedad donde los medios dependen del dinero público para sobrevivir, la crítica independiente se convierte en un lujo que pocos pueden permitirse. Así es como Sosa ha blindado su imagen, presentándose como un líder indiscutible mientras controla el relato que llega a la ciudadanía.
El Estilo Onalia Bueno: Alianzas entre Caciques
El tándem entre Teodoro Sosa y Onalia Bueno, alcaldesa de Mogán, no es casualidad. Comparten un modelo político basado en el control férreo del territorio, el uso del miedo como herramienta de poder y una mezcla de autoritarismo y populismo.
En Mogán, Bueno ha construido su propio feudo, donde las críticas internas se silencian con despidos y las calles se llenan de cámaras de vigilancia. Sosa ha replicado esa fórmula en Gáldar, con listas negras de trabajadores municipales y un trato despectivo hacia los empleados públicos que osan cuestionarlo.
Ambos lideran con gritos y desplantes. La diferencia es que Sosa, además, ha aprendido a disfrazarlo con una sonrisa en las fotos.
Populismo de Pan y Circo (y Funerales)
Si algo define a Sosa es su capacidad para manejar los símbolos. No hay entierro en Gáldar donde no esté presente, ni procesión en la que no encabece la comitiva. Su populismo es el del «pan y circo», pero actualizado al siglo XXI. Si el pueblo tiene fiestas y subsidios, ¿para qué preocuparse por la vivienda o la sanidad?
El Ayuntamiento de Gáldar es conocido por organizar algunas de las fiestas populares más costosas de la isla. Pero mientras los vecinos disfrutan de las orquestas y los fuegos artificiales, los problemas estructurales siguen sin resolverse. La política de Sosa no se mide en hospitales o colegios, sino en conciertos y misas.
Un Futuro Peligroso para Gran Canaria
El ascenso de Teodoro Sosa no es solo un problema local. Su modelo de caciquismo amenaza con extenderse a toda Gran Canaria. Desde su posición en el Cabildo, ha comenzado a replicar las mismas prácticas que lleva años perfeccionando en Gáldar: control de medios, contratos a empresas afines y silenciamiento de la oposición interna.
Si algo está claro es que Sosa no se conforma con ser el cacique de un municipio. Su ambición lo lleva a querer dominar la política insular, con un proyecto que mezcla transfuguismo y populismo al servicio de una agenda personalista.
Gran Canaria no necesita más caciques, ni emperadores autoproclamados. Necesita líderes que crean en la democracia, no que la utilicen como herramienta para perpetuarse. Y Sosa, por mucho que lo intente, no es otra cosa que un cacique de siempre. Solo que ahora, aspira a ser emperador.
Fuente: hijosdecanarias.com
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6 comentarios en ««EL CACIQUE DE SIEMPRE QUE QUIERE SER EMPERADOR»»
Gáldar tiene déficit presupuestario pero el ciudadano le importa un bledo.
el mejor alcalde de toda canarias, y le sigue Paco Santiago algo que objetar,
Un caos Gáldar, sin policía y sin control de aforo en la calle principal .
La envidia de algunos no tiene límites siempre lo mismo tumbar al mejor que lo sabe hacer como dice el dicho nadie es profeta en su tierra ya está bien de poner zancadillas de aquellos que llevan desde 1978 y no quieren soltar la teta bendito sea Dios
Como qué el mejor, con pólvora ajena todos son mejores. Ha roto la unidad nacionalista y mucho ego para poca mecha, este solo fiestas luces y flores, poco más xq el municipio con deuda y sin vistas de sanear.
y de donde se saco usted, lo del aforo en la calle principal, usted sabe lo que dice, hombre por favor, un poco mas de verguenza, pues lo que me faltaba ahora es que me prohiban estar en la calle, y al señor Jose Juan el pueblo tiene deudas cono todos los demas municipios o es como el de Telde que en su dia la concejala de hacienda (Celeste Lopez) dijo que habia super habil y era una gran mentira