«CUPIDO EN EL AYUNTAMIENTO DE TELDE»

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Hace dos años que se anunció el “cambio” en Telde, pero lo que ha cambiado de verdad es el tono de las conversaciones en el Ayuntamiento. Cupido no solo se instaló en los despachos: ya tiene mesa, teléfono directo y hasta influencias en el departamento de Limpieza.
 
El ciudadano que entra a realizar un trámite lo nota al instante. Nada de “¿qué desea?” seco y distante. Ahora la banda sonora administrativa suena así:
 
—“Buenos días, amor, ¿qué desea cariño? Enseguida, mi vida. Lo que busca está en la planta segunda, corazón.”
 
Y lo más curioso es que el romanticismo no se limita al trato con el vecino. También entre concejales y servicios municipales se respira ese aire de culebrón rosa:
 
—“Cariño, ¿viste la papelera llena?”
—“Cuando puedas, amor, mírame el baño.”
—“Sí, cariño, en un segundo voy, mi vida.”
 
El lenguaje de la gestión en Telde ya no es técnico ni jurídico: es sentimental. Y claro, los expedientes se pierden, los informes desaparecen y hasta los documentos del Tanatorio parecen haberse fugado de luna de miel a Doña Rosa. ¿Quién puede culparlos? En semejante atmósfera, hasta el archivo municipal se ha enamorado.
 
Mientras tanto, los problemas reales siguen esperando. Las viviendas a medio construir, el caos de aparcamientos, los baches en las carreteras… todo parece secundario frente al nuevo protocolo: sonrisas, mimos y diminutivos cariñosos.
 
Lo cierto es que el Consistorio de Telde se ha convertido en algo único: más que un Ayuntamiento, es una agencia matrimonial con presupuesto público. Allí donde debería haber debates, proyectos y soluciones, hay piropos, suspiros y corazones dibujados en la agenda.
 
Quizás sea hora de decirlo claro: en Telde no gobierna un partido, gobierna Cupido.
 
Juan Santana, periodista y locutor de radio
 
Florentino López Castro

Florentino López Castro

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