‘JAULAS GATE’: TODOS CULPABLES, MUCHO SECRETO, NADIE AL MANDO Y OLOR… A INCAPACIDAD MANIFIESTA

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Cinco playas cerradas durante más de un mes no son “un incidente”. Son un  fracaso en cadena: de control, de coordinación y de transparencia. En Telde, la  crisis de las jaulas marinas frente a Salinetas no solo ha dejado contaminación y  prohibiciones de baño: ha dejado un agujero negro de información pública y una  pelea de versiones en la que cada institución parece más preocupada por no  cargar con la culpa que por cerrar el foco y explicar, con datos simples, qué está  pasando y cuándo se va a acabar. 

La escena se repite: un comunicado, una contra-versión, una acusación, una  respuesta defensiva… y al final la misma realidad: playas cerradas y dudas  abiertas. 

Una emergencia que se alarga porque nadie la cierra 

El Gobierno de Canarias ha ido actualizando la situación del PLATECA por  “contaminación marina” y ha señalado que siguen cerradas Melenara, Salinetas,  Tufia, Aguadulce y Ojos de Garza mientras continúan tareas de seguimiento y  análisis.  

RTVC lo resumía con crudeza: un mes después del inicio de la alerta, esas cinco  playas seguían clausuradas por un episodio originado por la muerte de miles de  peces en la piscifactoría.  

Y el desorden queda retratado en un giro que lo empeora todo: el Gobierno rebaja  a prealerta, y el Ayuntamiento responde denunciando nuevas evidencias de peces  muertos y restos en las jaulas “pese a las afirmaciones contrarias” del PLATECA.  

Si una administración dice “va a mejor” y otra dice “sigue o ha vuelto”, el problema  ya no es solo el mar. Es el mando y eso muy grave. 

La guerra de relatos: “vertido externo” vs “colapso interno”

Aquí compiten dos historias para convertirse en la oficial: 

La del vertido externo (por ejemplo, ligado a un emisario), sostenida por la  empresa en distintas comunicaciones y recogida en prensa.  

La del colapso interno en las jaulas (acumulación de residuos, falta de oxígeno y  gases tóxicos desde el fondo), defendida por plataformas ciudadanas y  divulgación local.  

El periódico El País lo contó desde la incertidumbre: muerte “misteriosa” de  lubinas, sospechas de gas sulfhídrico, cierres en cadena y una investigación  abierta bajo Seprona y Fiscalía.  

A estas alturas, la ciudadanía no debería estar eligiendo “a quién creer”. Debería  estar leyendo un documento público con datos, método y conclusiones  provisionales. Si no existe —o no se publica— el vacío lo ocupan el rumor y la  desconfianza. ¿O hay presiones para dejar morir el tema? 

Qué ha fallado (y sigue fallando) 

1) Falta el parte que corta los rumores 

En una crisis así la gente no pide una tesis: pide un parte claro. Dónde se  muestrea, qué sale, qué significa y qué se decide. Hoy, lo que domina es la frase  suelta, la actualización genérica y la contradicción entre instituciones.  

2) Nadie ejerce un mando único que ponga orden

PLATECA no puede ser una etiqueta. Si se rebaja el nivel y al poco tiempo aparece  información que lo contradice, hay un fallo de verificación, coordinación o ambas.  

Eso no es un detalle técnico: es el corazón de la confianza pública. ¿Quién manda  y con qué datos? 

3) El foco no está “cerrado” de forma convincente 

Que sigan apareciendo restos (según el Ayuntamiento) después de anunciar  mejoras plantea tres posibilidades: no se retiró todo, el episodio no había  terminado o la vigilancia no estaba siendo suficiente. Ninguna es aceptable en  una crisis que paraliza un litoral. 

4) Se discute la culpa, pero no se ve la obligación de responder 

En el papel existe un principio simple: “quien contamina paga”. La Ley 26/2007  centra la obligación del operador en prevenir, evitar y reparar daños ambientales.  

La política aquí no es gritar. Es exigir por escrito, con plazos y pruebas. 5) Se cierran playas, pero no se explica con qué reglas se reabren 

La gestión de aguas de baño está regulada (RD 1341/2007). Cerrar puede ser  necesario; lo que no es aceptable es cerrar semanas sin un marco público de  reapertura: parámetros, umbrales, días y decisión final, playa por playa.  

6) Transparencia: lo mínimo que se debe a quien vive allí 

La gente no está pidiendo secretos: está pidiendo información ambiental y  sanitaria básica. Y la Ley 27/2006 reconoce el derecho de acceso a la información  ambiental en manos públicas.  

Sin datos ordenados, la información se convierte en privilegio. Y eso, en una crisis,  es gasolina.

Lo que falta: un Mando Único técnico con “llaves” de verdad 

Aquí está la pieza clave que nadie quiere decir alto, pero que explica casi todo: no  basta con coordinar, hace falta mandar. 

Lo urgente es nombrar un Mando Único de carácter técnico, con un perfil solvente  (emergencias ambientales, salud pública y gestión costera) y con máximas  potestades delegadas por todos: Ayuntamiento, Cabildo, Gobierno de Canarias y,  si corresponde, apoyo estatal. 

No un portavoz. No un “comité”. Un mando con capacidad real de: ordenar medidas inmediatas (retirada, muestreo, seguridad, logística), exigir colaboración al operador y a cada administración, 

fijar criterios únicos de verificación, 

y publicar información diaria sin filtros. 

Y dos obligaciones diarias, sin excusas: 

1) Rueda de prensa informativa todos los días (10–15 minutos). 

Con tres cosas: qué se ha hecho, qué se ha medido y qué cambia para la  ciudadanía.

2) Un informe diario público, corto pero completo. 

No un resumen. Un documento que diga: 

qué se está haciendo (acciones ejecutadas y resultados), 

qué se debe hacer (tareas pendientes con calendario), 

qué colaboración está teniendo (quién cumple, quién no, qué recursos faltan), y qué riesgos se mantienen y por qué. 

Porque una crisis sin parte diario es una crisis sin control. Y una crisis sin mando  único termina siendo un desgaste infinito… que siempre pagan los de siempre. 

Qué se debe hacer ya (y que sea visible) 

1. Nombrar el Mando Único técnico con delegación formal de potestades y  cadena de mando pública. 

2. Rueda de prensa diaria y informe diario con mapa de muestreos, resultados,  tendencias y decisiones.

3. Reglas de reapertura por escrito, playa por playa, con umbrales y días  consecutivos.  

4. Retirada y limpieza con trazabilidad (cuánto, dónde, a qué gestor autorizado). 

5. Requerimientos formales al operador con plazos y verificación, aplicando  “prevenir–evitar–reparar”.  

6. Revisión independiente (universidad/centro oceanográfico) para cortar la guerra  de relatos. 

12 preguntas que nadie responde aún (y deberían contestarse con documentos) 

1. ¿Quién es hoy el responsable máximo de la gestión diaria del incidente y cuál es  su cadena de mando? 

2. ¿Se va a nombrar un Mando Único técnico con potestades delegadas por todas  las administraciones? ¿Cuándo y con qué competencias exactas?

3. ¿Dónde está el compromiso formal de esas delegaciones (acta, decreto,  resolución, acuerdo)? 

4. ¿Cuál es la cronología oficial completa, día a día, desde el primer aviso hasta  hoy? 

5. ¿Cuánta biomasa muerta se retiró realmente (toneladas), en qué fechas, con  qué medios y a dónde se llevó (gestor autorizado)? 

6. ¿Qué documento técnico sostuvo “ya no hay emisiones” cuando se rebajó la  situación, y quién lo firmó?  

7. ¿Cómo se explica que luego se reportaran nuevos restos? ¿Qué falló: retirada,  vigilancia o coordinación?  

8. ¿Dónde se toma muestra exactamente (mapa público) y con qué frecuencia,  tanto en playas como en el entorno de jaulas? 

9. ¿Qué parámetros se analizan (lista completa) y en qué laboratorios? 

10. ¿Cuáles son los umbrales concretos para reabrir cada playa y cuántos días  seguidos deben cumplirse? 

11. ¿Qué requerimientos por escrito se han hecho al operador para  prevenir/evitar/reparar, con plazos y verificación?  

12. ¿Por qué no existe ya un informe diario público que detalle qué se hace, qué  falta y qué nivel de colaboración hay, si la ciudadanía tiene derecho a información  ambiental?  

Si el Presidente del Gobierno de Canarias no se implica, que explique porqué. Si el  Presidente del Cabildo no se implica, que explique si lo de la Ecoisla no va con  Telde . Si el alcalde de Telde no ha conseguido que Teodoro Sosa se implique, de  qué Canarias Primero hablan estos teatreros. Si la cuarta ciudad en importancia  de Canarias no les importa, que expliquen para qué están en política.

Canarias Informativa

 

Florentino López Castro

Florentino López Castro

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