TERTULIANDO DESDE LA RESISTENCIA SE HACE ECO DE LA NUEVA CAMPAÑA DE ACOSO MEDIÁTICO CONTRA LA SALA DE FIESTAS “LA BELLA ÉPOCA”

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La reunión también dejó espacio para la felicitación a los vecinos de Valsequillo, cuyo reciente cambio de gobierno —tras una moción de censura— fue valorado como una “oportunidad para empezar por fin a gestionar”.

San Gregorio, Telde. Viernes por la mañana. Entre cafés, dulces, carpetas con documentos y un ambiente más encendido que de costumbre, la Plataforma Ciudadana “Tertuliando desde la Resistencia” celebró su encuentro semanal. Esta vez hubo aplausos, abrazos y un momento de emoción: los tertulianos recibieron a los propietarios de La Bella Época, la sala de fiestas que ha puesto a Telde a bailar cuando algunos la querían durmiendo.

Lejos de ser un simple local nocturno, los presentes lo describieron como un foco de vida en una ciudad acostumbrada a la oscuridad de los fines de semana. “Han devuelto el baile, el empleo y la alegría, ¡y eso parece molestar!”, exclamó uno de los participantes.

La plataforma analizó con detalle la reciente campaña de acoso mediático contra el establecimiento. Según denunciaron los tertulianos, no se trata de una crítica informativa, sino de un “ataque perfectamente calculado” que utiliza:
• medias verdades,
• titulares alarmistas,
• quejas anónimas,
• omisiones intencionadas,
• y conclusiones sin pruebas.

Todo con un objetivo evidente, afirmaron: convertir a un negocio legal en el gran enemigo de Telde, mientras los problemas verdaderos de la ciudad —contratos parados, abandono de barrios, suciedad, caos administrativo— siguen sin resolverse ni ocupar titulares.

“Parece que hay quien quiere que Telde no tenga vida, que la juventud se vaya fuera, que la ciudad no genere empleo ni cultura”, reflexionó otro tertuliano. “Es más fácil gobernar una ciudad apagada que una ciudad despierta”, añadió otro.

Permisos en mano: los hechos y no el cuento

Durante la reunión se mostraron documentos oficiales que desmontan la narrativa alarmista contra La Bella Época:

– Cuenta con todos los permisos vigentes.

– No tiene orden de cierre.
– No está precintada.
– Cumple con horarios y normativa.
– Genera empleo directo e indirecto.

“Cuando un local funciona bien, con control y respeto, y aún así lo persiguen, lo que molesta no es el ruido: molesta su éxito”, concluyó uno de los asistentes.

La plataforma coincidió en una idea: La Bella Época se ha convertido, sin quererlo, en un espejo que revela dos modelos de ciudad. El de los que apuestan por la vida, la cultura y el empleo local; y el de quienes desean silencio, indiferencia y dependencia política.

“No combaten una sala de fiestas; combaten la idea de que Telde puede estar viva sin ellos”, expresó uno de los tertulianos. La frase hizo asentir al resto.

Valsequillo también entró en la conversación

La reunión también dejó espacio para la felicitación a los vecinos de Valsequillo, cuyo reciente cambio de gobierno —tras una moción de censura— fue valorado como una “oportunidad para empezar por fin a gestionar”.

“La gente va a notar la diferencia”, afirmaron los presentes. “Cuando se actúa, se nota. Cuando se gobierna mirando a los vecinos, la vida mejora, y eso es lo que esperamos de Valsequillo”.

Conclusión entre aplausos

La crónica del encuentro terminó con un mensaje de respaldo rotundo a los propietarios de La Bella Época:

“Gracias por devolver la alegría a Telde. Gracias por resistir.
No están solos ni lo estarán.”

Los tertulianos lo tienen claro:
– La Bella Época no es el problema.
– El problema es quien intenta manipular a la ciudadanía apagando la música.

Y mientras unos quieren silencio, la plataforma lo resumió así:

La música incomoda… pero solo a quienes no saben bailar.

Canarias Informativa

 

Florentino López Castro

Florentino López Castro

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