Cuando en el catecismo se hablaba de “los placeres de la carne”, nadie imaginaba que un canónigo de la Catedral de Toledo lo iba a tomar como manual práctico. El sacerdote Carlos Loriente, director del Instituto Teológico San Ildefonso —sí, el mismo que forma a futuros curas— fue detenido en Torremolinos con un kit de supervivencia nocturna: cocaína rosa, juguetes sexuales y tres compañeros de viaje con ganas de todo, menos de rezar el rosario.
La Policía Nacional lo cazó con el coche cargadito de “tusi” camino a una fiesta en una de las mecas LGTBI de España. En el piso turístico que había alquilado, los agentes hallaron más droga y más material pedagógico que en una clase de educación sexual progresista. Una catequesis práctica, vaya.
El Arzobispado de Toledo, en modo gabinete de crisis, emitió un comunicado aclarando que habían confundido de cura al principio —un clásico— y que, eso sí, “lamenta profundamente” los hechos. Traducido al lenguaje llano: cada palo que aguante su vela. El clérigo ha sido apartado de sus cargos, aunque lo difícil será encontrar ahora un púlpito donde predicar sin que los feligreses piensen en que el pastor prefería el “tusi” al agua bendita.
De Toledo a Telde, la sotana no entiende de fronteras
Y aquí llega la inevitable comparación: Toledo y Telde, dos diócesis separadas por mil kilómetros, pero unidas por la misma melodía de doble moral.
•En Toledo, un canónigo se apunta a la fiesta rosa con la misma devoción con la que otros encienden cirios en Semana Santa.
•En Telde, la feligresía recuerda bien que tampoco han faltado episodios donde se predica austeridad y moral desde el púlpito mientras se callan escándalos, se bendicen amistades peligrosas con el poder político y se mira para otro lado cuando toca.
El guion es idéntico: sermón los domingos, negocios y silencios entre semana. Donde debería oler a incienso, termina oliendo a moqueta recién aspirada, favores bien cobrados y, cómo no, a queso del bueno.
Al final, la misma homilía en distinto templo
Da lo mismo que la sotana se agite en Castilla-La Mancha o en Gran Canaria: la Iglesia, en Toledo o en Telde, demuestra que la teoría va por un lado y la práctica por otro… y que entre rezos, negocios y fiestas privadas, los fieles siguen esperando el milagro de la coherencia.
Mientras tanto, en Torremolinos, la noticia corre entre carcajadas y algún brindis: no todos los días baja un canónigo de Toledo para organizar su propio “retiro espiritual” con sustancias psicoactivas incluidas.
Juan Santana, periodista y locutor de radio
