Cada apagón en Telde se ha convertido en un capítulo más de la misma telenovela: la calle se queda a oscuras, los vecinos se indignan, Endesa busca la avería… y el roedor del presupuesto aprovecha la penumbra para montar su espectáculo de humo y facturación.
La fórmula ya la conocemos:
•Paso 1: se va la luz en La Pardilla.
•Paso 2: el Quesero Municipal redacta su guion acusando al concejal de Alumbrado.
•Paso 3: se olvida convenientemente que el fallo viene de Endesa.
•Paso 4: se presiona para que el concejal “pase por el aro” y así el apagón termine alumbrando lo que de verdad interesa: una factura más.
El problema es que esta vez la jugada no cuela. Juan Francisco Artiles no es proveedor de queso ni cronista de cloacas; es concejal de Alumbrado, y la única concejalía que no se ha prestado al festín de contratos a la carta. Esa es la verdadera causa de la campaña: no hay queso, hay persecución.
Y mientras tanto, los vecinos, que son los que sufren la oscuridad real, tienen que aguantar las mentiras digitales. Porque lo que reclaman es seguridad, luz en sus calles y soluciones técnicas, no cuentos inventados para justificar la gula de uno.
En resumen: cada apagón en Telde ilumina más la verdad que intentan esconder. La avería es de Endesa, pero el negocio de la mentira lleva la firma del Catador de Subvenciones, que prefiere alumbrar su bolsillo antes que alumbrar las calles.
Juan Santana, periodista y locutor de radio
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