Una plataforma ciudadana reclama con 5.000 firmas que se regulen los ruidos

Comparte esto:

La ordenanza reguladora de los ruidos en Telde data desde 1988, pero ha quedado obsoleta y necesita su modificación para adaptarse a los actuales tiempos. Esta petición para acabar con los ruidos que han destrozado sus nervios, les han hecho cambiar de domicilio o dejar sus empleos, entre otros padecimientos sigue siendo un grito en el desierto ante la desidia de las administraciones públicas a las que se han dirigido.

Éstos son los hechos que expusieron ayer miembros de la Plataforma Unidos Contra el Ruido en Telde, fundada en 2013 como respuesta a las cada vez más demandas de ciudadanos particulares por el excesivo nivel de decibelios de locales, fiestas o de vehículos. A finales del anterior mandato presentaron 5.000 firmas para reclamar una solución a lo que consideran un grave perjuicio para su salud y sus derechos ciudadanos, pero ni ese importante respaldo les ha valido para nada hasta la fecha.

«Estamos sometidos a una violencia acústica en nuestros hogares porque vivimos cerca de negocios con la música muy alta y con horarios de cierre inapropiados, sin contar con el estruendo de las motos o coches con escapes que no se ajustan a las normas», aseguran. Cansados de esperar una respuesta del Ayuntamiento de Telde, el Cabildo de Gran Canaria o el Diputado del Común, aseguran que su situación es insostenible, al tiempo que critican que las autoridades competentes «se crucen de brazos, miren hacia otro lado e incluso parezca que les molestamos por reiterar nuestras denuncias».

Tampoco ven en los tribunales una salida a este infierno donde se mezclan ruidos con desplantes de los que provocan la situación, ya que el testimonio de uno de los miembros de la plataforma, compuesta por 250 miembros, es demoledor: «Me aconsejaron que contratara a un abogado de Las Palmas para presentar ante el juzgado estas denuncias, pero me pedían 12.000 euros para llevar el procedimiento, sin que ellos supongo que ganara y yo, como otros muchos, no tenemos ese dinero para enfrentarnos vía judicial con la Administración. Así, estamos indefensos y sin saber qué hacer. Si todos tuviéramos dinero probablemente ya se habría solucionado».

Ni movilizaciones ni escritos han hecho mella en el muro que las administraciones han construido ante estos miles de ciudadanos, afectados por los altos niveles de ruido en diferentes zonas del municipio. Las Remudas, San Juan, la plaza del mercado viejo, Las Huesas y otros enclaves son los más ruidosos de Telde, pero no los únicos. «Habría que añadir la zona del parque comercial de La Mareta, donde se reúnen coches y motos tuneados y que causan muchas molestias con sus carreras», argumentan cuando se refieren a otros focos de decibelios desatados.

A pesar de todo, aseguran que no están en contra ni de los locales de diversión ni de la celebación de fiestas, sino que su actividad sea regulada con una ordenanza del siglo XXI, no del pasado, «cuyas multas todavía se encuentran establecidas en pesetas». Una modificación que, alegan, se les ha prometido está en elaboración, pero no se fían dadas la actitud de lo que consideran un total desinterés por parte del Ayuntamiento de Telde.

De hecho, se plantean reiniciar su luchar otra vez dirigiéndose al Cabildo para defender sus derechos a llevar una vida tranquila, sin ansiedad y en sus hogares, sin tener que estar obligados a marcharse, como ya ha ocurrido con algunos, por no poder aguantar más.

Un miembro de la plataforma, experto en la legislación sobre el ruido, elaboró una «totalmente actualizada por las legislaciones europea y españoal que se ofreció al Ayuntamiento, pero ni se han molestado. También les hemos planteado que realicen cursos de formación, sin resultado. De hecho, que se puede esperar de un municipio que no tiene sonómetro».

La Provincia-Dlp

Florentino López Castro

Florentino López Castro

Deja un comentario