El pasado martes 11 de mayo, el idílico sendero del barranco Real de Telde se convirtió en una auténtica trampa mortal. El compañero de los medios de comunicación, Isaías Santana, volvía de su deporte matutino en el barranco Real, un lugar utilizado diariamente (en mayor medida los fines de semanas y días festivos) por escolares, ciclistas y senderistas de toda la isla.
Nos cuenta nuestro compañero, aún con el susto en el cuerpo, que a la vuelta de su objetivo de 10.000 pasos diarios, el suelo se desplomó bajo sus pies cayendo al fondo de la acequia. El violento suceso ocurre en el camino habitual de cientos de vecinos de San José de Las Longueras, La Herradura, senderistas o señoras que van a lavar su ropa. Un recorrido de unos 300 metros, una acequia cubierta desde hace más de 40 años y convertida desde ese tiempo en camino.
Casi un metro de “techo” se derrumbó de forma fortuita y violenta poco antes de llegar al camino que cruza por debajo del puente de San José, lugar utilizado como paso. De forma incomprensible el piso cedió dejando al descubierto una acequia que muchos ni siquiera saben qué existe. Entre hierros y piedras y restos de agua pudo salir con golpes en todo el cuerpo y una herida abierta en la rodilla derecha con una severa contusión que hizo falta la intervención de una ambulancia de urgencias y de un atestado policial.
El suceso ya ha sido denunciado el juzgado de guardia de Telde, para que se abra una investigación urgente y se depuren responsabilidades. Ayer miércoles 12 de mayo, unos operarios del Cabildo tapaban de forma bastante improvisada y a las prisas el peligroso tramo derrumbado. No es la primera vez que esta acequia se convierte en un punto de la crónica negra de Telde. Poco antes de ser tapada (hace casi medio siglo) un señor murió ahogado. Una noticia que consternó a la ciudadanía teldende.
¿Quién es el responsable de esta defectuosa acequia? ¿Estamos a punto de volver a contar un accidente mortal?
