Un año largo trabajando en él, me ha permitido conocer de primera mano la problemática en la organización de las tareas y funciones de nuestro Ayuntamiento. Y es que el Consistorio de Telde conserva unos esquemas impropios de una entidad que administra los intereses de más de cien mil almas, y esto es algo que repercute en la mediocre calidad de los servicios que se prestan y en la propia imagen de la ciudad.
Son muchos los cambios que deben abordarse con urgencia para que las oficinas municipales comiencen a dar de sí lo que cabría esperar de las mismas, ya que no es aceptable mantener las actuales formas de trabajo que inciden directa y negativamente en la ciudadanía. Por lo demás, no son precisos sesudos estudios ni grandes inversiones para poner en marcha estas variaciones; es solo cuestión de aplicar el sentido común y la lógica, y rentabilizar los recursos humanos de los que disponemos.
Sin duda a esta situación se ha llegado como consecuencia de un notable crecimiento sin orden alguno durante los últimos veinte años, a la falta de implantación de las nuevas tecnologías de forma lógica y adaptada a las necesidades reales, así como a los intereses partidistas de la clase política local, más preocupada de controlar la institución que de mejorarla y convertirla en una máquina eficiente, que es lo que debería ser. Cierto es que una institución de derecho público no debe confundirse con una empresa privada y que su razón de ser no es la generación de beneficios económicos, pero no lo es menos que la mejora y la sostenibilidad financiera de sus funciones no solo no estás reñidas con su carácter público, sino que se hacen plenamente necesarias para la buena salud de cualquier municipio.
Desde el punto de vista interno, una de las primeras cosas que el CCN procederá a revisar si la ciudadanía nos otorga su confianza en las urnas, será la caótica (y a veces inexistente) comunicación/coordinación entre los distintos departamentos y concejalías. La eficiencia municipal pasa necesariamente por entender el Ayuntamiento como un solo ente, no como una serie deslavazada de áreas que actúan cada cual a su ritmo, ya que esto último impide la optimización de los recursos materiales de los que se dispone y del trabajo del personal municipal.
A su vez, procederemos a estructurar adecuadamente cada servicio municipal, de forma que se esté en condiciones de ofrecer unas garantías de funcionalidad óptimas. No solo la titulación, sino también la capacidad y cualidades probadas de cada empleado público serán consideradas objetivamente para encajar a cada cual en el lugar que le corresponda en el nuevo esquema de nuestro Ayuntamiento. Un esquema funcional y moderno capaz de ofrecer unas prestaciones a la altura de las necesidades de los teldenses, presidido por los principios de eficacia, capacidad, servicio público y responsabilidad. Esto conducirá al destierro permanente de la politización y el amiguismo que tanto daño han hecho a la institución y a la ciudad, y con el que hay que acabar de una vez por todas, apostando seriamente por una función pública profesionalizada y no politizada.
Por otro lado, el actual número de trabajadores municipales unido a la crisis económica que continuamos atravesando debe conducirnos a la búsqueda de soluciones alternativas al despido en masa de muchos de los laborales fijos, espinosa cuestión que lleva años flotando y de la que se habla mucho, pero sobre la que nadie hace nada al respecto. En el CCN estimamos que una reubicación del personal allí dónde más falta haga y volver a asumir y gestionar directamente algunos de los servicios que se han ido privatizando durante los últimos tiempos, serán fórmulas válidas para revertir el actual estado de las cosas, posibilitando mantener los puestos de trabajo y hacerlos compatibles con el necesario equilibrio presupuestario.
De cara a los administrados se hace necesaria la implantación real de una oficina de información que ayude y oriente en los trámites tanto a particulares como a empresas, evitando que ciudadanos y empresarios vayan peregrinando confusos de un lado a otro del consistorio, perdiendo el tiempo y muchas veces la paciencia, no sin falta de razón. Desde el CCN creemos que cuando un vecino o un empresario acuden al Consistorio lo hacen normalmente por obligación, no por diversión, y deben ser atendidos con el interés y la eficacia precisas. Este servicio tendría también una versión móvil que recorrería periódicamente los barrios más alejados del casco, acercando de esta manera la administración a los ciudadanos que tienen mayores dificultades para personarse en las oficinas de San Juan o realizar trámites on line que por distintas circunstancias aún no están al alcance de todos.
Desplegar la Policía Local en nuestros barrios, reorganizar y fortalecer la asesoría jurídica municipal, crear una central de compras, potenciar la participación de las asociaciones de vecinos y otros colectivos sociales en el funcionamiento del consistorio, establecer un horario vespertino para determinados servicios municipales……. son otras muchas de las medidas que pensamos adoptar para convertir a nuestro Ayuntamiento en una institución potente, moderna y al servicio de todos los teldenses. Una entidad de la que todos nos sintamos orgullosos y en la que todos seamos bienvenidos. En definitiva, el Ayuntamiento que necesitamos para coadyuvar a que nuestra ciudad salga del pozo en el que se encuentra y ocupe el lugar que por derecho le corresponde en nuestra isla, nuestro archipiélago y nuestro país.
(*) Carlos La-Chica Pareja, asesor en el Ayuntamiento de Telde y portavoz del CCN
