“Tsunami político”

Comparte esto:

No es este un comentario específico de Jinámar, no. La ola política que ya se nos viene encima, es local, autonómica, estatal, y por ende, individual. ¿Cómo inhibirse de esta estrategia multiforme que trata de cuadricularnos nuestros criterios políticos? La proliferación de partidos, partidillos y grupúsculos políticos, asciende ya a niveles algebraicos.

Los padres de estas “criaturas” -iluminados ellos- se levantan una mañana, y como no tienen otra cosa que hacer, deciden fundar un “partido”, político eso sí, para salvar al colectivo, en especial al proletariado, de sus problemas socio-económico, sanitarios, educativos, etc.

Uno de los grandes enigmas de este proceso de constitución de un ente capaz de resolver este abanico de problemas, es que siempre hay un grupo de seguidores que le ven algo especial y deciden apoyarle. La nomenclatura de estos instrumentos de salvación, son de todos los colores gramaticales que se puedan imaginar.

Los que ya han gobernado, comúnmente de espectro estatal, conocidos ahora como “castas”. Y después hay una ristra de medio pelo, con nombres de lo más pintoresco. Últimamente -y digo yo que será por ahorrar- están floreciendo nombres más monocordes. A saber, “Queremos”, “Podemos”, “Somos”, y otras lindezas.

Sin embargo, e ironías aparte, la realidad es otra, y estos participantes en el concierto político -local o como mucho autonómico- en un tiempo van languideciendo y quedándose en el camino. Vamos asistir, valga la metáfora hípica, a una gran carrera de caballos, personificados en sus “señorías”.

Progresistas, conservadores, populistas, defensores de los animales, feministas, medio ambientalistas, defensores del lagarto de El Hierro, de las naranjas de La Higuera Canaria, o de La Lotus Kunkelli, se aprestan a vender cara sus respectivas ideologías. Votar es un deber ciudadano y esta decisión es individual, como lo es también la lucha por la consecución del bienestar.

Votar es un deber ciudadano y esta decisión es individual, como lo es también la lucha por la consecución del bienestar. Pero cuidado. Nadie da “duros a cuatro pesetas”, se decía tiempo ha. La mayoría de estas ofertas político-mágicas, son puro humo. Luego se demuestra que hay mucho de buenas intenciones, pero poca envergadura para menesteres de mayor altura política y las palabras se las lleva el viento. Hay mucho de utópico en la oferta política, venga de donde venga. La división entre los humanos, en todos los ámbitos, es tan antigua como su propia existencia.

(*) Antonio Raluy en LA HOJA POPULAR CANARIA correspondiente al mes de marzo de 2015
Florentino López Castro

Florentino López Castro

Deja un comentario