TERTULIANDO DESDE LA RESISTENCIA: «LOS BARRIOS DE TELDE PROCESIONAN Y REZAN… PERO SOLOS»

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Este viernes, en “Tertuliando desde la Resistencia en Telde”, no se repartieron rosquillas, pero sí verdades como panes. Y con la contundencia justa, como Dios manda. Porque el cabreo en los barrios ya no se disimula ni con incienso.

Los vecinos de El Ejido siguen esperando… a algún concejal. Este fin de semana celebraron su tradicional procesión, esa que tanto significa para el barrio y, especialmente, para los mayores. ¿Y quién fue del Ayuntamiento? Pues eso: ni el tato. Ni vara, ni bastón, ni representación institucional. Un vacío más grande que el solar de la playa de Melenara sin coches.

Mientras tanto —y esto se comentó con especial guasa—, a la caminata de Santa Rita sí que van todos. Esa sí gusta. Camiseta técnica, fotito para Instagram, sonrisa al sol y ¡selfie con bastón de senderismo! Porque claro, caminar hasta Ojos de Garza da cobertura mediática. Pero asistir a una procesión de barrio con abuelas en silla de plástico… eso parece que no cotiza ni en votos ni en seguidores.

Se dijo con todas las letras: los que venían a salvar los barrios se están perdiendo por las calles de Telde. O peor: solo aparecen por las que tienen tarima, megafonía y wifi.

Y si alguien pensaba que esto era solo cosa de El Ejido, error. En La Higuera Canaria, la cosa fue de traca. Hace dos meses, los vecinos cumplieron con todo: pidieron permisos, organizaron el recorrido, prepararon la procesión del Sagrado Corazón y la Virgen de Fátima… ¿Y qué pasó? Pues que no apareció nadie del gobierno. Ni la policía Municipal, para el corte de calles. Tuvieron que suspender la procesión. Y mientras tanto, las vecinas mayores llorando en las ventanas, esperando al Sagrado Corazón y la Virgen de Fátima recibiendo el silencio más sonoro que ha dado este Ayuntamiento.

“¡Pero hombre!”, decía uno en la tertulia, “para izar banderas de colores en las oficinas municipales del Cubillo o para irse de verbena en San Gregorio, o para saltar en los hinchables en la Mareta sí que hay tiempo, pero para venir a los barrios ni por equivocación”. El alcalde tiene hueco en su agenda para el acto del arcoíris, para las fotos institucionales y hasta para cortar cintas… pero no para acompañar a los vecinos que votan, pagan impuestos y, de paso, aún conservan algo de fe.

Y atención, que en medio del debate alguien soltó la frase del día —con esa mezcla de humor agrio y resignación canaria—:
“Igual no vinieron a las procesiones porque les da vergüenza pasar por unas calles donde ya no cabe ni un bache más. Hasta el asfalto está pidiendo asilo político.”
Aplausos y risas, aunque dolía. Porque era verdad.

¿Será que, como aún no ha empezado la campaña electoral, los concejales se permiten el lujo de cogerse los fines de semana libres? ¿O será que hay barrios que no salen ni en Google Maps?

La conclusión fue clara: al menos un representante del Ayuntamiento —del gobierno o de la oposición— debería estar en estos actos. Es cuestión de educación. De respeto. Y de vergüenza, que también escasea.

Porque en estos barrios no piden que les tiren flores. Solo que no les tiren el olvido encima.

Y mientras la fe sigue viva y la Virgen espera paciente en su hornacina… el Ayuntamiento parece más ocupado en procesiones de egos que en las de verdad.

Eso sí: Santa Rita, patrona de los imposibles, tendrá que multiplicarse. Y rápido. Porque si el milagro es conseguir que el año que viene aparezca un concejal en alguno de estos barrios… va a necesitar ayuda divina. Y refuerzos logísticos.

Conclusión de “Tertuliando desde la Resistencia en Telde”:

Una ciudad dividida entre la gestión de eventos y la ausencia de soluciones.

En resumen, mientras el gobierno reivindica avances en transparencia, coordinación y estabilidad institucional, la oposición denuncia una administración centrada en los focos y las fiestas, pero incapaz de resolver los problemas de fondo. La Telde de Peña —a mitad de mandato— sigue dividida entre quienes ven estabilidad y quienes sólo perciben asfalto roto, promesas incumplidas y mucha foto.

El tiempo dirá si en los dos años que restan se pasa de la propaganda a la transformación real, o si, como advierten algunos vecinos en tono ya resignado, la política en Telde sigue siendo más romería que gobierno.

Y para terminar, desde “Tertuliando desde la Resistencia en Telde” o dejamos claro: seguiremos en nuestro empeño de dar a conocer los problemas reales de los ciudadanos y de tender la mano —desde la crítica y la propuesta— para que el gobierno en Telde cumpla con sus obligaciones y con las promesas hechas a los teldenses.

Fuente: Canarias Informativa

Florentino López Castro

Florentino López Castro

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