Sus majestades de la infantil ilusión llegaron hoy a Telde. Lo hicieron de dia y en avión no sea que la oscuridad que anida en Telde impidiera a su estrella briilar y guiarles hasta nuestras calles mañana.
Dicen que los Magos se han negado a recibir las cartas de todos los munícipes de la corporación y que su regalo no será otro que carbón del más negro, como su balance de gestión en los ya más de seis meses de mandato. Si acaso a los concejales de gobierno de NC les trae un zurrón de gofio por aquelllo de que manifiestan una debilidad y bajo ánimo que espanta; para los del PSOE traen un sonajero de color azul para ver si hacen un poquito más de ruido en las consejerías socialistas del gobierno que comparten con esa derecha ática que los tiene tan sumisos. A Más por Telde le han envuelto en papel de regalo un frasco de Memorin complex por si, a su invisibilidad, deja de sumarsele su ausencia de memoria de cuando no eran casta.
Los Magos de Oriente han manifestado nada más tomar tierra en Gando que ni con todo su oro sería este gobierno capaz de devolver a Telde una pizca de renovado orgullo, que ni espolvoreando incienso desde Melenara a Cazadores le podrían quitar el olor a tierra quemada que tienen los vecinos del municipio y que ni con toda la mirra perfumada traída en sus cofres de Arabia, podrían disimular la peste a cadáver que desprende casi todo el plantel político de la gran ciudad venida a aldea pitufa.
La alcaldesa pierde cada día que pasa más su áurea, sus concejales son como aquellos pastores que asistían sin apenas hablar en el portal y los asesores son como los bueyes, al calorcito que da el abrigo de un buen sueldo a final de mes y no más. El antes ángel anunciador que nos traía la actualidad de Telde y que luchaba contra los demonios ya no es lo que un día pretendió ser y hasta él anda desprestigiado por aquello de que no es igual sembrar que dar trigo.
En Telde ya no galopan a su aire los jinetes del apocalipsis cierto, los tres magos que no eran Reyes sino camellos de la mentira y la maldad, pero no es menos verdad que entre aquel portal de miseria humana y este otro de ahora de sola mediocridad, Telde se ha terminado de convertir más que en un Belén en un balido.
Pobres Melchor, Gaspar y Baltasar, que frustrados se marcharán mañana de Telde. Menos mal que siempre nos quedaràn los niños y niñas del presente que un día serán futuro. Que disfruten ellos de sus majestades de Oriente que a sus sufridos padres no les queda otra que sufrir a estos otros magos, los mauros que siguen si ofrecer la luz de un buen gobierno a sus gentes.
Manuel Ramón Santana, profesor y comunicador
