Silencio cómplice

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Estos días estamos viendo como desde las mismas instituciones regionales, se esta escupiendo, despreciando y violentando nuestro pasado, nuestra historia, nuestro origen. Llevan toda su vida, ladrando por los rincones su origen autóctono y aborigen, todo su conocimiento es incordiar día si y día también, pero ahora se callan en un SILENCIO CÓMPLICE, que es muy fácil de comprender. Ahora mandan los suyos con la consiguiente del que se mueva no sale en la foto y mucho menos cobra subvención.

¿Dónde están los de: LA IGLESIA GUANCHE; FREPIC AWANAK; AZARUG; AMAZIGH; TAMAZGHA INSULAR; RUTA BENTEJUI; INEKAREN y demás pamplinas, defendiendo a sus ancestros?

Esto, una exposición, está ocurriendo en un edificio del CAAM (Centro Atlántico de Arte Moderno), dependiente del Cabildo Insular de Gran Canaria, que justamente gobiernan los personajillos de NC, Podemos, Psoe y demás “intelectuales” de la isla.

Es evidente, que la exposición lleva el nombre correcto «HABLANDO DE PÁJAROS Y FLORES”. Pájaros debe tener en la cabeza, la “artista”, al creer que utilizar los restos humanos “DE ABORÍGENES CANARII”, pueden ser una obra de arte y flores. Estas últimas, serán las que faltan por dejarles a los pies de esos restos de cadáveres, de esta supuesta obra a la que llaman arte.

Creo, que quien aprecie arte en un montón de huesos, tiene un verdadero problema, que debería consultar con un especialista adecuado. Otra cosa es la intención de la “ARTISTA” y su afán de protagonismo. Hace ya tiempo, que, en el mundo del arte, si no la lías no eres nadie. Aunque sólo seas flor de un día.

La cosa va de que “UNA ARTISTA”, una tal TERESA CORREA, decide exhibir dentro de su exposición, dice ella, de arte moderno y desata la polémica, por emplear huesos humanos de origen desconocido en “SU OBRA” titulada “UMBRAL 2017”. Al final parece ser que los huesos humanos provienen de los fondos del MUSEO CANARIO, que, al parecer, dice su director, son huesos humanos sin catalogar.

Al final, todos tirando balones fuera y nadie sabe de quien son los huesos humanos expuestos. O sea, que como no son aborígenes ni represaliados del franquismo, (la Ley de MEMORIA HISTÓRICA, aquí no cuenta), se puede hacer con esos huesos lo que se quiera, porque no tienen valor. Cojonudo. Y a los familiares de esos difuntos les dará igual, supongo.

A mí me parece una falta de respeto a la dignidad de las personas. Creo que los dueños de esos huesos, de los que no sabemos nada, se merecen algo mejor que ser convertidos en objetos expuestos en el mercado, ¿del Arte? Esto en Tenerife, habría desembocado en una guerra guanche, pero aquí, en Gran Canaria, poco importa ese genocidio que dicen, los que ahora callan, ocurrió durante la conquista.

Una instalación artística de esta naturaleza debería motivar la repulsa inmediata por parte de la sociedad. Los restos mortales expuestos jamás deberían ser tratados como bienes artísticos y la exposición con fines artísticos de estos restos mortales atenta contra la integridad y la propia cultura de todos, pues somos nosotros, al fin y al cabo, los herederos de este legado histórico.

¿Qué está permitido en el arte? ¿Qué manifestaciones artísticas pueden ser consideradas éticas? ¿Sería legítima la elaboración de una instalación artística con huesos procedentes de enterramientos indígenas, de las fosas del franquismo o de algún cementerio histórico del solar grancanario? El respeto hacia el pasado no lo marca la distancia temporal, sino la ética, nuestro comportamiento en la sociedad y nuestra conducta como seres humanos.

¿Quién puede afirmar que esos restos no son de UNOS VALIENTES QUE LUCHARON POR SU LIBERTAD Y MURIERON POR LA TRAICIÓN DE SU GUANARTEME, Artemi Semidán? Esto rememora lo ocurrido en Auschwitz como paisaje del horror vivido en nuestros tiempos.

Según la comisaria de la exposición, Raquel Zenquer, en la obra el “pasado y presente se dan la mano sobre la arqueología de la imagen que aborda conceptos de identidad, tiempo, memoria y conocimiento”. ¿Huesos humanos? ¿De dónde salieron? ¿A quién pertenecen? ¿Es arte? Una polémica que la artista define como “buena” e “interesante”.

La exposición pública, de estos restos mortales, atenta contra la integridad y la propia cultura de todos los canarios y en especial de los GRANCANARIOS. Una disposición en forma de cilindro, con restos óseos humanos, tal y como se puede apreciar a simple vista en la obra, dispuestos de forma aleatoria y sin ninguna aparente conexión anatómica.

Los restos humanos que pertenecen al depósito de El Museo Canario, donde aún no se tiene claro la procedencia exacta. Desde la institución “creen” que esos huesos llegaron allí sobre 1940 y que “probablemente” no tienen procedencia aborigen ya que son más recientes “y no podemos precisar con más detalles su naturaleza”.

Diucen desde el museo: “Es una colección de restos óseos humanos que está en el museo disgregada sin que se pueda establecer claramente su procedencia”. “En el museo ocurren esas cosas, trabajamos con la documentación y clasificación de los bienes que tenemos, pero no siempre es posible”.

Vale chiquillo, te ganas el sueldo merecidamente, como no sabes nada de ellos, permites que cualquiera juegue a ser artista.

Ahora va a resultar que esos huesos, pueden ser de desaparecidos durante la guerra civil y los años posteriores. Y aquí resulta que NI DIOS dice nada, cuando lo suyo sería retirar de inmediato esos restos humanos y llevarlos a un lugar donde se les puedan hacer pruebas para discernir al menos la edad que tienen y calmar a mas de uno que puede pensar en que su familiar desaparecido, se encuentra ahora en manos de UNA ARTISTA y expuesto a la vista del público.

Y la “ARTISTA” dice que se trata de un material (huesos humanos), que está “des-catalogado, des-estructurado, que no tiene ningún valor científico y a partir de ahí se pueden utilizar siendo bienes arqueológicos que se trasladan desde un depósito de un museo de arqueología a una sala de arte contemporáneo”. Y lo lleva haciendo desde hace mas de 20 años, cojonudo, cuidando a nuestros ancestros.

Doramas

Florentino López Castro

Florentino López Castro

2 comentarios en «Silencio cómplice»

  1. ¿Porque este monton de huesos y el tema de la falta de respeto me recuerda tanto a un concejal de Telde?
    ¿Que tendrán que ver con la gestión municipal estas divagaciones?

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  2. Sencillamente, si ese respeto es el que le tienen a nuestros ancestros fallecidos, ¿que respeto nos pueden tener a los que estamos vivos?.
    Si ese ayuntamiento estaba permitiendo la manipulación de cadáveres sin permiso administrativo y sin permiso de sus familiares, en el tanatorio municipal, ¿que podemos esperar?
    Ya se que es lo que podemos esperar: «QUE VOLVERÁN A SER VOTADOS POR LOS MISMOS SIMPLONES DE SIEMPRE».

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