Sabias palabras

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‘Hoy más que nunca hace falta la política con mayúsculas, esa herramienta que articula los recursos necesarios para que la vida en convivencia sea más justa y equitativa. Necesitamos personas en política que defiendan y trabajen por el bien común, […] que garanticen y den confianza a la ciudadanía.’

Lo que acaba de leer es un fragmento de un artículo fechado en agosto de 2013 y que llevaba por título ‘Dimitir no es un nombre ruso’. (http://www.teldeactualidad.com/hemeroteca/noticia/politica/2013/8/3/12520.html)

Por aquellos días, el presidente del gobierno de España, Mariano Rajoy, se veía contra las cuerdas por la sucesión de escándalos de corrupción que salían a la luz y en los que se veía implicado el PP: la trama Gürtel, la financiación B (de Bárcenas), etc., y que no han hecho más que acumularse desde aquel tiempo hasta ahora.

Recordemos que van a cumplirse casi cuatro años desde ese artículo y aún a día de hoy, no se han satisfecho responsabilidades políticas por dichos escándalos, pese a ir sumándose.

Si bien lo que me trae a escribir estas líneas nada tiene que ver con el fondo de lo que se firmaba en aquel momento quien lo redactó, la finalidad es la misma: ‘la responsabilidad de alcanzar y preservar el  Bien Común’ como se pedía en otro de sus párrafos.

Vaya por delante que aquí no se pone en duda, ni en tela de juicio, la integridad, honestidad y transparencia de quien suscribió aquellas palabras, pero sí tiene como finalidad hacerlas presentes para recordar que se siguen necesitando políticos que estén a la altura, capaces, que puedan hacer que nuestra sociedad avance, políticos que consigan redactar y aprobar un presupuesto justo, que beneficie a quien haga prácticas que redunden en el interés común y el de toda la ciudadanía y que castigue a aquellos quienes hacen peligrar la armonía social y ponga en entredicho la sostenibilidad.

Y henos aquí, en mitad de 2017, en mitad de un mandato que continúa con los mismos presupuestos de 2015, aquellos que se declararon injustos y antisociales. A ello hay que sumar dos años de parálisis en el área de contratación, concursos públicos que se declaran desiertos, adjudicaciones que no llegan a buen puerto por falta de informes, dos ejercicios con presupuestos prorrogados, en definitiva, con un área económica desvencijada.

Toca entonces reflexionar sobre el fondo de aquel artículo, hacer memoria de lo que se ha hecho -y de lo que no- en estos dos años y quizá toque hacer suyas aquellas palabras que firmaba.

La humildad, la modestia y la moderación son conceptos que considero básicos en un servidor público y que se debe tener presentes desde el primer momento en que se decide dar un paso al frente en política, pues además éstos, junto con la solidaridad y cooperación, son la base de la economía del bien común.

Muchos entenderán el fondo de mis palabras y de ahí que hoy, a través de estas líneas, se pidan las mismas responsabilidades políticas que se exigían aquel mes de agosto. Todo ello haciendo alusión a hechos concretos a los que se han enumerado anteriormente y no a asuntos judiciales sin sentencia condenatoria firme todavía.

Según estos hechos concretos, estarán de acuerdo conmigo en que muchos ciudadanos ya no tenemos la suficiente confianza y garantía en la actual gestión que desde el área de economía del Ayuntamiento de Telde se está llevando a cabo, regida por quien firmaba aquel artículo.

Es momento entonces de recordarle ahora sus propias palabras. Pedir que reflexione sobre ellas para que, con la misma responsabilidad que declamaba, se consiga que alguno de sus buenos propósitos sean alcanzados en lo que resta de mandato.

Como bien decía aquel artículo ‘el señor Mariano Rajoy sigue siendo presidente de España y presidente del PP’. No permitamos que ocurra lo mismo.

Aridane Santana

Florentino López Castro

Florentino López Castro

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