«Propuestas para la isla que quiero»

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Vivimos tiempos convulsos. El desprestigio de las instituciones y de la política no deja de aumentar. Los poderes económicos están ganando terreno en una estrategia global del neoliberalismo para, jibarizando al Estado, acabar finalmente con lo público; para destruir el tejido social, político y económico más cercano. Vivimos tiempos difíciles para la moral, la ética y la honradez que se ven engullidas por la competitividad que exigen los mercados. La corrupción estructural está minando la democracia. Asistimos a la construcción de un nuevo sistema socioeconómico donde los débiles tienen muy difícil una existencia digna. Con la eliminación, a un ritmo endiablado, de logros sociales históricos, se están abriendo brechas de desigualdad brutales. Se está poniendo la sostenibilidad del planeta al borde del precipicio. Se está quebrando la democracia y su sistema de valores. Los partidos tradicionales que sustentan el bipartidismo son incapaces de ofrecer alternativas, cuando no se pliegan a los dictados de los “mercados”.

En Gran Canaria estamos acusando de manera significativa esta crisis. Soportamos una tasa de paro superior al 35%; más del 60% de nuestros jóvenes están desempleados y condenados a la emigración. Una cuarta parte de nuestra población está situada por debajo del umbral de la pobreza; 58.000 familias tienen a todos sus miembros en el paro y no reciben ninguna prestación económica. Solo un 35% de la ciudadanía vive en situación de normalidad. El deterioro de la sanidad, de la educación, de los servicios sociales, de las prestaciones para los dependientes, de las condiciones laborales… es imparable y afecta a los que menos recursos tienen, a los más desprotegidos…

Es hora de tomar decisiones valientes. Hoy vivimos un momento muy parecido a aquel de 1979 cuando peleábamos contra una dictadura opresora.  Necesitamos volver a recuperar las ganas, las ilusiones (las nuestras y las de la ciudadanía), el trabajo y las instituciones para defender la democracia, los derechos sociales, los derechos civiles y las libertades que nos están hurtando… Tenemos que demostrar que podemos cambiar las cosas desde la política y los gobiernos. Desde abajo hacia arriba. Desde lo más cercano. Tenemos que combatir el sentimiento de impotencia inducido que está calando en la sociedad,  generando confianzas y complicidades. Y la ilusión por hacer creíble que aún estamos a tiempo, que no todo está perdido.

El Cabido Insular de Gran Canaria debe jugar un papel vertebrador de la isla desde una praxis  transformadora, innovadora, y también soñadora. No podemos renunciar a las utopías… El Cabildo gobernado por el PP en esta legislatura no ha sabido hacer frente a la situación de deterioro económico y social que estamos viviendo. Y está utilizando el enfrentamiento insular de manera populista para justificar su incapacidad. Sí, es verdad que desde el Gobierno canario se nos ha discriminado, pero lo es también que el Cabildo no ha sabido plantar cara. Y es que no  basta solo con quejarse; porque tampoco ha cumplido con su obligación de exigir al Estado sus compromisos para con esta isla y ha sido incapaz de enfrentarse al Gobierno de Mariano Rajoy para denunciar sus incumplimientos con Gran Canaria en renovables (Chira-Soria, servidumbres aeroportuarias…), en los convenios de carreteras, en la financiación del Gran Canaria-Arena, en los fondos destinados a la rehabilitación de las zonas turísticas…; porque ha sido  manifiestamente incompetente para solucionar los problemas del paro y la pobreza, los energéticos, los agrícolas y ganaderos, los de la I+D+i, el tratamiento limpio de los residuos…

Un proyecto de trabajo riguroso desde el Cabildo para Gran Canaria debe sustentarse en procurar la justicia social, la equidad y la igualdad de los  grancanarios; en hacer de la sostenibilidad medioambiental el elemento equilibrador; en proyectar una propuesta que transforme la realidad económica y social. Y debe estar sostenido en tres pilares fundamentales: proponer alternativas reales para los que peor lo están pasando; generar un nuevo modelo económico para la isla para superar el sistema caduco que es bastante culpable de la profunda depresión social y económica en la que nos encontramos y profundizar en la democracia y sus valores. Hay que poner todas las ganas en el combate contra la desigualdad, la búsqueda del bienestar colectivo, la solidaridad y, naturalmente, la libertad…

Esbozo algunas propuestas de trabajo para el Cabildo que iré desmenuzando en textos sucesivos.

1) Puesta en marcha de un Plan contra la pobreza y la desigualdad. Porque en esta isla nuestra la población en pobreza severa se ha duplicado desde el 2009 y alcanza a casi un 10% de la ciudadanía. Porque un 17% de nuestros y hombres y mujeres se encuentra en riesgo de exclusión social. Porque la desigualdad ha aumentado en un 12% en los últimos años… Sin olvidarnos de reafirmar nuestra voluntad de seguir expresando nuestra solidaridad con los pueblos empobrecidos.

2) Ejecución de un ambicioso Plan de Empleo para acercar al mundo del trabajo a los más de 154.000 grancanarios desempleados, a los miles de jóvenes que se ven obligados a abandonar su tierra para someterse a los trabajos en precario de la Europa rica; para procurar un recurso económico y esperanzas en el futuro.

3) Rescate y potenciación del sector primario, para disminuir la dependencia alimentaria del exterior que hoy llega a más de un 90%. Para alcanzar las mayores cotas que podamos de soberanía alimentaria. Para recuperar la ruralidad; nuestras tradiciones, nuestro paisaje y medio natural… Y debemos pensar en crear bancos de suelo, en potenciar la agricultura y ganadería ecológicas, en recuperar la filosofía de aquella Sialsa que desmanteló José Manuel Soria para ponerla en manos del sector privado, que acabó destruyéndola…

4) Apuesta decidida por las energías renovables para alcanzar la soberanía energética de Gran Canaria. Para democratizar la energía facilitando el consumo asociado y el balance neto. Y la generación distribuida. Para potenciar el ahorro y la eficiencia. Para crear un consorcio público insular con la participación de todos los ayuntamientos para que una parte importante de la energía eólica a distribuir en los próximos meses sea pública y genere recursos para la ciudadanía, para mejorar los servicios y los equipamientos públicos. Que sea para el Cabildo y los 21 ayuntamientos de la isla, tengan viento o no. Que sea el primer paso para crear un Consejo Insular de la Energía, o de la Energía y el Agua, para profundizar en este binomio fundamental y estratégico para Gran Canaria.

5)  Apoyo a la Innovación, la Investigación y el Desarrollo. Porque Canarias está a la cola de España (apenas un 0,5% de inversión). Porque Gran Canaria está a la cola de Canarias (menos de la mitad que la media de la comunidad)… Y esto es así, entre otras razones, porque el Cabildo de Tenerife sí supo crear un ITER en 1990 para apostar por el impulso a las renovables; porque Tenerife acaba de adjudicar las obras de un centro de perfeccionamiento tecnológico ligado al Astrofísico, mientras por aquí andamos en Babia. Porque no podemos quedarnos al margen de la sociedad del conocimiento. Del desarrollo de industrias innovadoras.

6) Puesta en marcha de un gran plan de inversiones estratégicas para la isla que dinamice la economía y el empleo y garantice una mayor implicación del Cabildo con el turismo como sector estratégico.

7) Defensa del concepto integrador de Gran Canaria como una eco-isla, que apueste por la movilidad sostenible, la protección del territorio y el paisaje, el tratamiento limpio de los residuos, las energías limpias, la potenciación del mundo rural que mantiene viva la identidad de nuestra isla, la reforestación, la sostenibilidad social, económica y medioambiental, la banca ética, la eficiencia y el ahorro en energía y agua, el urbanismo no especulativo adaptado a la realidad climática, paisajística y cultural, el turismo verde, la protección de nuestra biodiversidad…

8) La cultura y el deporte deben ser elementos fundamentales para la cohesión social. Para la integración comunitaria. También para generar economía. Para convertirnos en vanguardia de la modernidad y también para el rescate de nuestras tradiciones…

9) Salvaguardia de lo público como garantía y compromiso ante los ciudadanos con la ética y la moral. La transparencia a la hora de rendir cuentas. La participación ciudadana. Porque es muy importante defender instituciones democráticas sólidas, pero también un sentido fuerte de ciudadanía, con ciudadanos vigilantes.

10) Defensa de un cambio en el orden de los valores para recuperar el bien común, la equidad, la solidaridad, el esfuerzo, el prestigio de la política como instrumento para defender los derechos cívicos. La exigencia de responsabilidades a los que nos han llevado a la situación actual.

Un reto ilusionante.

(*) Antonio Morales Méndez, alcalde de Agüimes

Florentino López Castro

Florentino López Castro

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