El barrio de Jinámar proximámente será el escenario de dos nuevos proyectos desarrollados por el Ayuntamiento de Telde y que serán llevados a cabo por la Fundación Yrichen en un plazo de cinco meses; comenzando en febrero y concluyendo en junio. Jinámar 3.0 y Preventa, financiados con un total de 35.358,13 euros (17.748,53 euros para ) por los presupuestos generales del Estado 2017, se enfocan en la ayuda a las personas con dependencias y adicciones de variado índole, no sólo de sustancias, sino tecnológicas como los móviles o los videojuegos. «Las tecnologías a día de hoy son una de las causas principales de adicción, sobre todo en los más jóvenes y hay que tenerlo muy en cuenta», señaló Jorge Hernández Duarte, fundador de la ONG.
De hecho, el primer programa, Jinámar 3.0, que ya había actuado previamente y que ahora se desarrollará de forma intensa en cinco meses por diferentes colegios e institutos del barrio, centra su trabajo de campo en la prevención de la dependencia a las TICs (Tecnologías de las Información y la Comunicación). La idea principal es formar a los alumnos en las consecuencias de un uso indebido de las nuevas tecnologías, y que a su vez con esos conocimientos los alumnos mayores enseñen a los más pequeños los peligros como el aislamiento y la agresividad.
El segundo proyecto tendrá lugar en el mismo periodo de tiempo, pero este consiste en un acercamiento por parte de la fundación Yrichen al barrio de Jinámar para que de esta forma los habitantes con mayores necesidades puedan hacer uso de sus recursos e intensificar el trabajo social. Para ello trabajará toda la plantilla actual de la fundación (70 voluntarios y 40 contratados) además de otras dos posibles personas que serán contratadas para el proyecto concreto. Estas iniciativas forman parte del Plan Integral de Jinámar, desarrollado hace más de un año para acabar con los problemas sociales que presenta el barrio centrándose en tres pilares fundamentales: la rehabilitación de viviendas y las buenas convivencias vecinales, el plan de empleo y reactivación de la economía y, por último, la cohesión social en áreas como la educación, la salud, la cultura y el deporte principalmente. Poco a poco se consiguen avances y se facilita una mejora de la calidad de vida de los residentes, según afirma la alcaldesa, Carmen Hernández. Pero lo más importante para que todos estos proyectos consiguen culminarse en un buen resultado es la motivación de la gente, como afirmó Jorge Hernández Duarte.
Tanto la alcaldesa como el fundador de Yrichen admiten que la mejor forma de que estos proyectos, y el resto del Plan Integral, salga hacia delante es mediante la coordinación con todos los colectivos que ya realizan una labor altruista. La idea es erradicar con la vulnerabilidad de las personas del barrio, «porque destruye y hay muchas personas creativas que pueden dar mucho de sí pero necesitan un empujón y una mano amiga para salir adelante»», afirmó Hernández Duarte. Por otro lado la alcaldesa señaló que «la realidad social es compleja y crear falsas esperanzas es algo que no debe hacerse porque hablamos de personas y proyectos vitales», y continuó añadiendo que «el trabajo social requiere tiempo y constancia, y si los planes no salen de una manera deberán reformularse para buscar otra solución.» La alcaldesa concluyó la firma «sin miedo al cambio».
