ONDA GUANCHE entrevista al psicólogo y escritor de moda en España, Rafael Santandreu

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El psicólogo y escritor de moda en España Rafael Santandreudisertará acerca de «la felicidad y el éxito en el trabajo» en las III Jornadas de Buenas Prácticas de Recursos Humanos el jueves día21 de marzo a partir de las de las 11:30 de la mañana en Infecar dirigidas a personal técnico y responsables del área de Recursos Humanos del sector público y privado. 

El miércoles día 20 de marzo Santandreu firmará su último libro «Nada es tan terrible» a las 18 horas en la prestigiosa Libreria Canaima, en la calle Senador Castillo Olivares, 7 en la capital grancanaria. Y el jueves, día 21 a partir de las 11:30 de la mañana ofrecerá su ponencia en INFECAR a los trabajadores del Cabildo grancanario.

El prestigioso psicólogo mas famoso de España Rafael Santandreu ha venido en varias ocasiones a la isla apoyando iniciativas de la Asociación Canaria de Sindrome de Down.

ONDA GUANCHE ofrece en formato audio una entrevista con Rafael Santandreu, el psicólogo cognitivo mas importante de España, el autor Nº1 en ventas de no ficción con 1 millón de ejemplares vendidos cuyo audio y transcripción ofrecemos en el digital emergente, en la red insular de emisoras de Radio Las PalmasCanal 4 TV, así como en Telde Libre Telde en Fiestas, con el efecto multiplicador de las redes sociales.

Los trabajadores del Cabildo se pueden sentir privilegiados en sus terceras jornadas de Buenas Prácticas de Recursos Humanos por la ponencia de Santandreu que versará sobre «Como tener éxito siendo feliz en el trabajo». Los libros y las ponencias de Rafael Santandreu están basados en la escuela terapéutica de psicología mas comprobada y validada científicamente, con mas de 2000 estudios que refrenda su eficacia en las terapias cognitiva conductual. Todos los estudios la sitúan como la más eficaz. De hecho los pacientes de Santandreu y su equipo de psicólogos ha medido la eficacia de sus consultas por un organismo independiente que revela que mas de un 80 por ciento de los casos obtienen una mejoría de al menos un 80 por ciento,con resultados de un 100 por cien en gran parte de los casos estudiados. No hay una escuela terapéutica mas eficaz.

El exitoso autor de libros como ‘El arte de no amargarse la vida’, ‘Las gafas de la felicidad’ o ‘Nada es tan terrible’ ahondará en su tesis sobre la búsqueda de la felicidad y el éxito en el trabajo como dos objetivos que van unidos, en su línea de planteamientos rupturistas basada en la psicología cognitiva para el desarrollo personal.

Las jornadas pretenden dar a conocer y reflexionar sobre temas que ya están siendo muy relevantes para cualquier tipo de organización como el proceso de transformación por la irrupción de las tecnologías que facilitan la gestión y están creando nuevos perfiles de puestos de trabajo, avanza la consejera de Recursos Humanos y organización del Cabildo, María Isabel Santana.

“Se prevé que en los próximos años se jubile una parte importante del personal que actualmente trabaja en las administraciones públicas lo que nos obliga a gestionar este relevo generacional de la forma más adecuada para conseguir un tránsito ordenado y que las nuevas personas que se incorporen sean capaces de afrontar las exigencias que este contexto exige”, agregó.

En la jornada del jueves, dedicada a las oportunidades y riesgos en las organizaciones ante el cambio generacional, además de Santandreu intervendrá Juan Carlos Bellido, coordinador de Prevención en Canarias de FREMAP, con su ponencia ‘El relevo generacional desde la perspectiva de la prevención de riesgos laborales’, y como cierre de la jornada tendrá lugar un debate con las personas asistentes.

La jornada del viernes se centrará en el relevo generacional y la transmisión del conocimiento en las administraciones públicas con las ponencias ‘El traspaso del conocimiento en las Administraciones Públicas. La atracción del talento’ de Rafael Jiménez Asensio, consultor socio de Estudio Sector Público, y ‘Proyecto de relevo generacional en administraciones locales’ de Valentín Gómez, jefe del servicio de Organización, Administración Electrónica y Recursos Humanos del Ayuntamiento de Mollet del Vallés.

En último lugar intervendrá María Dapena, jefa del área de Recursos Humanos y Formación del Ayuntamiento de Vigo, con su conferencia ‘Situación actual y retos del empleado público. La necesidad de cambiar el modelo de selección’, para finalizar la jornada de nuevo con un turno de debate.

PUNTOS A TRATAR EN SU PONENCIA «Tener éxito y ser feliz en el trabajo»

1- En cuanto a la felicidad, es lo mismo estar en la playa con un daiquiri que en la oficina trabajando.

Como dijo Epicteto, «No nos afecta lo que nos sucede, sino lo que nos decimos acerca de lo que nos sucede». La satisfacción se halla en nuestro diálogo interno, en nuestra capacidad de a) no quejarnos; b) disfrutar de lo que tenemos entre manos. Una y otra vez pensamos que las circunstancias son la fuente de la felicidad y NO lo es. Sólo lo es nuestra mirada de las cosas. Epicteto fue esclavo y feliz, en la Roma del siglo I. Stephen Hawking fue productivo y feliz inmovilizado. ¡En la oficina se puede ser increíblemente feliz también tanto como en la playa!

2- Punto nº1 para tener éxito siendo feliz en el trabajo: «No necesitarlo»

La psicología cognitiva nos enseña que «solo podemos disfrutar de aquello que podemos prescindir». Esto es, que hay que quitarse presión absurda. Es lo que hace, por ejemplo, Rafa Nadal o Amancio Ortega. Ambos se dicen a sí mismo continuamente: «No necesito ser el Nº1 ni jugar al tenis para ser feliz»; o «En mi huerto de A Coruña, soy plenamente feliz».

No son butades que dicen para quedar bien. Es una clave para eliminar el miedo y el estrés.

Paradójicamente, cuando no necesitas algo es cuando lo haces con facilidad, te diviertes y triunfas.

Por cierto, la educación tendría que estar mucho más basada en el disfrute y no en los exámenes.

3- Punto Nº2: Activar la capacidad de disfrute.

Todos tenemos una capacidad increíble para hacer divertidas cosas que, a priori, no lo son: como el tenis o el golf. Somos nosotros que lo hacemos interesante mediante a) la sana competición, b) retarse a uno mismo, c) hacerlo en entornos hermosos, e) haciendo cosas buenas para los demás y f) disfrutando de las relaciones sociales.

¡Basta de llamar al trabajo «el curro»! Hagamos como nuestros abuelos que reverenciaban su trabajo. Cuando denostas trabajo sólo te estás perjudicando tú.

No hay ningún trabajo aburrido: ni gasolinero ni segurata ni banquero. ¡Aprendamos a valorar cada pequeña tarea!

4- Punto Nº3: Sana competición.

Desde que empecé a hacer psicología, me planteé «ser el mejor psicólogo de Europa». De hecho, yo estudié y trabajé con Giorgio Nardone, en Florencia, uno de los mejores del mundo. La sana competición consiste en hacer las cosas como uno que juega una pachanga de fútbol con los amigos: el resultado le da igual, pero suda la camiseta que no veas. La sana ambición es decirse: «Vamos a pasarlo genial, siendo el mejor; pero si no lo consigo, ¡da igual!». En España se entiende mal la «sana competición», está mal vista, se confunde con la mala ambición. Si activamos la sana competición como hace más el mundo anglosajón, lo haremos todo mejor.

5- Punto Nº4: Disfrutar de las relaciones.

Es fundamental aprender a llevarse bien con todo el mundo, no enfadarse nunca con los demás y disfrutar de las maravillosas relaciones entre las personas: ¡en el trabajo! Para eso hay varios trucos mentales: «Aceptación Incondicional de los Demás»: entender que todo el mundo es maravilloso por naturaleza, y cuando hacemos las cosas mal es por desconocimiento, confusión o locura. Eso te hace ser mucho más tolerante y tranquilo. Y esquivar lo malo de los demás, pero aprovechar lo bueno que tienen. Esto se explica en el siguiente fragmento de mi libro:

Hubo una época de mi juventud en que me llevaba mal con uno de mis hermanos. Cuando todavía vivíamos en casa de nuestros padres, yo juzgaba que Gonzalo era demasiado egoísta: “¡No se merece mi confianza, va siempre a la suya!”, pensaba a menudo. En varias ocasiones, me había dejado colgado con alguna inversión que habíamos planeado a medias. Recuerdo que, una vez, decidimos comprar unos abonos para ver los partidos del Fútbol Club Barcelona y cuando yo hube comprado el mío, Gonzalo dio marcha atrás y de malas formas. Me dijo:

– Ya no quiero ir al fútbol. He decidido gastarme el dinero en otra cosa.

– Pero me dejas colgado con mi abono. ¡Ahora tendré que ir al estadio solo! –repliqué.

– ¡Es lo que hay! Ya encontrarás a alguien con quien ir… -concluyó con malas formas.

El tipo era así. Te la podía jugar en cualquier momento y, después, se justificaba a sí mismo con cualquier excusa barata. Por su culpa, ya había perdido dos o tres pequeñas fortunas juveniles. ¡Con lo que costaba reunir dinero en aquellos días!

Después de varias “traiciones” como ésa, me puse a terribilizar y llegué a la conclusión de que mi hermano era insoportable y no merecía mi cariño y, de hecho, estuve algún tiempo sin contar con él para muchas actividades. Pero, al cabo de poco tiempo, ocurrió algo que me hizo cambiar de opinión y que me enseñaría una importante lección vital.

Un día fuimos a jugar un partido de fútbol. Él jugaba de defensa y yo de delantero en el mismo equipo. En medio del juego, yo tuve un rifi-rafe sin importancia con otro jugador. Era un tipo mucho mayor que el resto, de dimensiones enormes, y con un bigote muy poblado que le daba un aire muy serio. Discutimos por un lance del juego sin importancia pero, sin esperarlo, el gigante se acercó y me propinó un cabezazo sobre mi frente.

En ese momento, caí al suelo. No perdí la consciencia, pero me quedé sin fuerza, allí tumbado. Entonces oí, en la lejanía, un grito que venía del otro extremo del campo:

– ¡Maldito cerdo! ¡Te vas a enterar! ¡Al que has pegado es mi hermano!

Alcé la cabeza y, ahí estaba Gonzalo, corriendo hacia el gigante para vengar a su hermano caído. Lo recuerdo ahora como si hubiese sucedido en cámara lenta. Cuando llegó al agresor, empezó a lanzarle puñetazos al torso, pero el tipo era tan grande, que no le hacía mella. Entonces, yo me puse de pie e intenté ayudar a Gonzalo porque pasé a preocuparme más de la integridad de Gonzalo que de la mía ¡El gigante podía abrir la boca y zamparse a los dos en cualquier momento! La verdad es que tuvimos suerte porque enseguida aparecieron el resto de jugadores que se interpusieron entre él y nosotros dos.

El hecho es que, después de aquella aventura, nunca más he pensado que mi hermano es egoísta. Todo lo contrario. Quizás no sea tan bueno para algunas cosas, pero es maravilloso para otras. ¡Como todo el mundo! Él arriesgó el pellejo por mí sin pensárselo un segundo, cosa que seguramente yo no sea capaz de hacer. La persona de la que me quejaba tanto, hizo por mí algo que muy pocos en esta mundo harán jamás. Esta experiencia la llevo en el corazón y creo que me ha enseñado a ser un poco más flexible con los demás.

Hermanos, hijos, cuñados, amigos, compañeros de trabajo: injustos, falsos, jetas, faltones, egoístas, trepas… ¡Demonios, qué fácil nos resulta juzgar! Pero no nos damos cuenta de que cada uno de estos juicios nos vuelve más locos, nos hace débiles y nos aleja de la felicidad.

Si queremos madurar de una vez por todas, ponernos en la senda de la fortaleza, hemos de aprender a aceptar a los demás, tal y como son en realidad. No hay otro camino. Veamos cómo podemos llevarlo a cabo.

6- Punto Nº5: Nunca exigir; solo sugerir.

Es esencial no «exigirles» nada a tus compañeros, solo «sugerir», aunque tengas razón. La exigencia levanta una barrera. La sugerencia ilusionante, apasionada, positiva… ¡moviliza generosidad y fuerzas! El modelo sería decir: «Sería genial si hicieses eso así… pero si no es posible: ¡yo te querré siempre igual!».

7- Punto Nº 6: Practicar el «sugerir» con la pareja.

El ámbito perfecto para practicar la «sugerencia» es con la pareja. Como dice en mi libro El arte de NO amargarse la vida:

«Partiendo de esta base, les propongo a las personas que se prohíban a sí mismas quejarse por nada de lo que suceda en la relación. Me refiero a las quejas por la convivencia cotidiana, a esas quejas que están relacionadas con nuestras pequeñas imperfecciones y que, por recurrentes, se pueden convertir en insoportables. Si él nunca saca la basura pese a que así estaba pactado, mala suerte, ella no podrá que- jarse. Simplemente, la sacará ella o la dejará en el cubo y ¡santas pascuas! ¡No vale la pena amargarse el día por una bolsa de basura!

Por otro lado, un día a la semana, el sábado o el domingo, les pido que redacten la «Lista de Sugerencias Con Amor» y se la entreguen a su pareja. En ella escribiremos todo aquello que desearíamos que nuestra pareja cambiase, por ejemplo: «Me gustaría que sacases la basura cada día, tal y como habíamos pactado…».

¡Pero lo más importante viene ahora!: hay que acabar cada sugerencia con el siguiente final: «…pero si no lo haces, yo te querré igual durante el resto de mis días». Es decir, cada sugerencia va acompañada de una frase que subraya que el cambio no es importan- te, que no nos estamos quejando. ¡Y se trata de una idea sincera!»

8- Emplear el humor y amor.

Todos somos neuróticos en alguna medida. Por eso, hay que aprender a convivir con la locura ajena. Para ello, hay 2 armas maravillosas: el amor y el humor. Así explico en mi libro como aplicarlo:

He tenido la suerte de tener una madre maravillosa. Una persona alegre, inteligente y un amor para todos los que tiene a su lado, pero, en ocasiones, como buena madre de la generación anterior, terribiliza que da gusto.

Cuando se enfada con uno de sus hijos —somos cinco hermanos— suele dramatizar y generalizar de una forma curiosa:

—¡Tu hermano me ha dicho esto y lo otro! ¡Cómo se atreve! ¡Estoy harta! ¡Un día me voy a ir lejos y ya no me vais a ver más!

Por alguna razón que se me escapa y que ya no intento comprender, cuando se enfada con uno de nosotros hace extensible el enfado a todos. Pero como la conozco perfectamente, sé cómo desactivar su irritación con una mezcla de amor y humor surrealista.

—Pero, mamá, dime: ¿quién es tu hijo favorito?
—¡Déjate de historias! ¡Ninguno! —siempre responde ella. —No, ya sabes que soy yo. —Y aquí aprovecho para achuchar-

la un poco y darle algún beso—. Por cierto, ya que hablamos de esto, tendríamos que ir a ver a mi amigo el notario para arreglar el testamento y que me dejes la herencia a mí solo, ¿eh?

Invariablemente, en este punto empieza a reírse. Continuamos un poco más la broma de mi amigo el notario al estilo de Groucho Marx y ya podemos cambiar de tema. Siempre funciona: ésta es la increíble magia del amor para atajar comportamientos neuróticos.

9- Relativizar el concepto de justicia.

Nos volvemos muy locos cuando vemos una injusticia en el trabajo. Y eso es muy «loco» porque la justicia completa no existe. Es imposible de lograr y tampoco es tan importante para la felicidad. Un poco de «justicia» es buena…pero demandar «justicia completa» te va a volver loco.

Los profesionales de la justicia: abogados y jueces siempre te dirán: «la gente se vuelve loca en los pleitos por la absurda necesidad de justicia completa».

Manuel Ramón Santana

ESCUCHA PINCHANDO EN ESTE ENLACE LA ENTREVISTA CON EL PSICÓLOGO, RAFAEL SANTANDREU.

Florentino López Castro

Florentino López Castro

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