En Enero de 2008, Román Rodríguez se mostraba convencido de que Marino Alduán sería elegido diputado por Las Palmas en las elecciones a Cortes Generales que se celebrarían unos meses después. Nueva Canarias apenas tenía entonces dos años de vida y sólo faltaron unos votos para que, aquello que ya consiguió un día UPC para el nacionalismo de izquierdas, pudiera ser una mejor segunda oportunidad. Ese mismo mes del mismo año, Román Rodríguez manifestaba textualmente que “con la interpretación que ATI hace de la política y de Canarias no hay posibilidad de entendimiento ahora ni en el futuro”. En 2012, ante el asombro de una militancia que, hasta apenas unos meses antes, había estado defendiendo ese mismo discurso en la campaña electoral a Cabildos y Parlamento canario, la ejecutiva nacional por él presidida anunciaba el cierre de una alianza electoral con CC, para representar “la voz de Canarias en Madrid, un papel que sólo podrían ejercer fuerzas políticas de obediencia canaria y no los partidos sucursalistas representados por PP Y PSOE”.
Hace unos días, la Ejecutiva Nacional de Nueva Canarias, a propuesta de Román Rodríguez, aprobaba iniciar contactos para establecer una alianza electoral con el PSOE de cara a las elecciones generales del próximo mes de Diciembre. Un proceso negociador que sin embargo y por tanto sin autorización de la ejecutiva, ya se había iniciado meses antes, a tenor de las declaraciones que en los medios de comunicación, cual globo sonda predictor, tanto Román Rodríguez como Pedro Quevedo se habían encargado de tildar como de “total entendimiento y sintonía”. Lo curioso del caso, si se admite por curiosidad los malabares, es que el presidente y portavoz de NC definía al mismo tiempo a ese mismo PSOE, futuro socio de alianza, como un sujeto político “humillado y subordinado a CC”, para añadir que “en la vida y en la política lo último que se puede perder es la dignidad”, en referencia a los dirigentes socialistas en Canarias. El mismo dirigente político que recriminaba al PSOE un mes antes, el “no haber entendido el mensaje de cambio de las urnas el 24M” o “la necesidad de romper con el bipartidismo y con unas formas de hacer política que han generado una desafección mayoritaria hacia la política”, es el que “colocaba” a la ejecutiva de NC que “en este momento la opción que toca es la de ir en un bloque progresista”, eso sí, con el socioliberal PSOE, copartícipe junto al PP, de esta involución democrática, corrupción institucional y dictadura del mercado que ha creado tanto sufrimiento en el Estado español y Canarias en los últimos siete años.
¿Por qué una Nueva Canarias sin dinero, con menos militancia y con muchísimo menos poder institucional se presentó en solitario en 2008 y casi consigue que Marino Alduán fuera diputado, ahora renuncia a esa opción, más coherente, más digna, más nacionalista y más de izquierdas?
¿Por qué una NC que en sus resoluciones congresuales últimas definía al PSOE como “cómplice de las políticas neoliberales aquí, en España y Europa”, es identificado ahora como de izquierdas cuando hasta sus propias bases electorales desertan masivamente hacia otras opciones más consecuentes, con un ideario de más democracia, más decente, más libre de connivencias con este capitalismo salvaje?
¿Qué queda de la obediencia canaria, de la ineficacia del sucursalismo, de la vergüenza que siempre significaron los anexos canarios en los programas?¿Saldrán también Román Rodríguez y el presumible candidato Pedro Quevedo delante de esa enorme bandera española, tamaño Soria, con que el PSOE adorna ahora sus mítines? Claro que hay que ayudar a cambiar el gobierno de España para recuperar la democracia y los derechos sociales pero, ¿sujeto a un PSOE que en Canarias niega cualquier cambio en la antidemocrática ley electoral o que en Europa se muestra tan austericida como el PP?.
En Nueva Canarias somos muchos los que creemos que todavía estamos a tiempo de corregir este error. Queríamos una nueva UPC, no una UPN. Una nueva política y no más de lo mismo.
José Carlos Martín Puig, sociólogo / LA HOJA POPULAR CANARIA septiembre 2015
