«Me quedo aquí, es mi decisión, venid a por mí»

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Hasta mis más feroces detractores mediáticos, es decir, casi todos, me reconocen virtudes que están en peligro de extinción. Soy austero, políglota, amo los deportes, al menos eso dicen cuatro medallas, una de tiro con arco in-door y tres de tiro con fusil, poseo algo de cultura o al menos eso dicen dos títulos universitarios, desprecio el dinero en su justa medida, vivo en la casa familiar, no he optado por la castidad, soy cristiano practicante y he clavado una bandera en una trinchera donde pone: “ME QUEDO AQUÍ, ES MI DECISIÓN, VENID A POR MÍ».

El epítome de la verdad lo han desvelado en las últimas horas tertulianos y comunicadores de medio pelo, resueltos a instalar en el ánimo de la opinión pública teldense, la conveniencia de poner fin a mis colaboraciones correctoras contra los abusos político/municipales, para que todo vuelva a la senda de lo que ellos llaman “normalidad” y continuar desfilando con los mantras Hare Krishna. Solo de imaginarme el gobierno municipal envuelto en túnicas naranjas, es que me parto la caja. Cierra los ojos e imagínate a Martel, o a Azulita.

¿Cuál es la diferencia? La diferencia es que cuando la política muere, el alma espiritual, o la fuerza vital, abandona el cuerpo/político. Por ello, el cuerpo está muerto. Luego hay dos cosas: una, este cuerpo/político, y la otra, la fuerza vital dentro del cuerpo. Nosotros hablamos de la fuerza viva dentro del político. Esa es la diferencia entre la ciencia de conciencia, que es espiritual y la ciencia material ordinaria, que es la del bolsillo, sencillamente el dinero existente para malversar.

Espero, que la influencia de esos medios al servicio de la causa “nueva canallista”, aunque operen en todo el territorio grancanario, sea lo limitada que está siendo. La opinión pública y publicada, felizmente, transitan por caminos opuestos en el tema “nuevo canallista”. Hoy por hoy, hay instalada en la población grancanaria el convencimiento de que el problema “nuevo canallista” no se ataja con paños calientes y sí con las medidas correctoras que el pueblo llano va a poner en marcha, dentro de seis meses, en las próximas elecciones.

Cuando, unos políticos han incendiado cualquier atisbo de democracia debemos preguntarnos, el motivo por el cual se ha originado ese incidente. Un suceso gravísimo. El trato vejatorio que hemos venido soportando, ha llegado a niveles de una inhumanidad tal que la ira, pacientemente acumulada y reprimida durante semanas y meses de sufrimiento, desembocará en una explosión de cólera liberadora, en cualquiera de próximos mítines de los “nuevos canallistas”, que serán llevados por delante, reduciéndolos a lo que son, la nada.

Algunos pensarán que solo hay que darles caña a los “nuevos canallas” y no es así. Aquí no se escapa ningún partido político, desde los de “coalicionistas canallas”; pasando por esos socialistas de los “100 años de honradez” (Elisita Santana dixit), aunque más bien son “100 años de hurtos-honrados”; continuando por el “eterno concejal”; las dos “marías y el triste”, sumando a los “MX” y los “SON PERO NO ESTÁN”, conseguimos crear un frente común de anarquía, donde les daremos lo que llevan años buscando, llevarles a su destino original, que no es más que “A LA BASURA”.

Los encargados de atender a este ejército poblacional de futuros, ¿por qué no? cirujanos, ingenieros, filósofos y científicos no han tenido mejor ocurrencia, que privarlos, intempestivamente y sin previo aviso, aunque se veía venir, del “chocolate del loro”. Como lo oyen, ni más ni menos. Su criminal imprevisión y/o malicia ha generado una penuria de crema de chocolate untable, alimento de primera necesidad imprescindible para la calidad de una dieta sana y equilibrada y para la estabilidad emocional de los afectados.

Es la intolerancia que no cesa, el racismo político que no decae. El Gobierno municipal no hace lo suficiente para hacerse perdonar sus multiseculares culpas y redimir sus históricos pecados contra el “PUEBLO”, que ahora llama a sus puertas exigiendo justicia, reparación y “Nocilla”.

El futuro se perfila sombrío. Si ahora nos mezquinan la crema dulce a base de cacao, leche y avellanas imprescindible para la buena alimentación del pueblo, ¿qué podemos esperar de aquí en adelante? ¿Nos van a negar a cada uno una casa con calefacción, aire acondicionado, jardín, garaje y trastero? ¿Nos obligaran a que nos adaptemos a su inmoral modo de vida y que nos sometamos a sus inicuas leyes? Debemos, para este derroche de insanidades, que vomitar de indignación ante tanto despropósito. Lo nuestro es ir directamente a la anarquía, al ataque directo, al enfrentamiento callejero, cosas que nunca esperarán del pueblo.

¿No tiene el gobierno municipal la obligación moral de acogernos como hijos putativos, satisfacer todas nuestras necesidades y velar por nuestro bienestar? Telde vive aún bajo la sombra siniestra del que fuera identificado como “DE PROFESIÓN ALCALDE”. Mientras cualquier teldense, hijo, nieto o bisnieto de algún miembro de los “nuevos canallas”, o de un kapo político de la Auschwitz/teldense, vive a cuerpo de rey y tiene acceso ilimitado a los bienes y servicios que presta el próspero Estado del “DIVINO MORALES” (gracias al expolio de la Gran Canaria) y puede consumir a su gusto y paladar, la Nocilla correspondiente. Mientras el pueblo, víctima de la opresión histórica del “nuevo canalla”, es privados de su Nocilla, en un acto de crueldad voluntaria y calculada que violenta la conciencia humana.

Con episodios de este calibre, la sociedad teldense firma su confesión de culpabilidad, y reconoce su esclavitud, abundantemente probada en pasadas épocas históricas, que pensábamos sepultadas para siempre. Un clamor se eleva ya en todo el municipio desde las conciencias, aún vivas, que no se resignan a claudicar ante el racismo “nuevo canallista”: ¡¡NOCILLA PARA TODOS!!

Doramas

Florentino López Castro

Florentino López Castro

4 comentarios en ««Me quedo aquí, es mi decisión, venid a por mí»»

  1. Doñita, paletos hay en todas partes y lamentablemente su voto vale lo mismo que el de cualquier persona haya logrado salvar su cerebro del desastroso sistema educativo y político divisor de España. En esta España que vivimos hay más gilipollas que ventanas… y confunden términos… como los que van con la bandera republicana con el escudo actual de España, que es Borbónico.

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  2. Parquito, En este pueblo, la dictadura obliga a decir lo que a ellos les interesa y todo porque a algunos necios les han soplado el aliento en alguna tertulia bodeguera, a algún alcohólico con estudios.

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