«Me golpeó con una cadena y se escapó echándose a correr»

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Todo fue muy rápido, no llegó a los cinco minutos la acción, y Martín Pérez pudo evitar que robaran la recaudación de la panadería donde trabaja, pero no el golpe propinado por su agresor con la cadena de hierro que usó para intimidar a una empleada del local.

Varios puntos de sutura practicados en la parte derecha de la frente, que le quitarán este viernes, y el susto inicial por caer al suelo y con sangre en la cabeza son las consecuencias del fallido atraco la semana pasada a este negocio ubicado en la calle Cura Gordillo, en La Herradura.

Hoy por la mañana, Pérez, de 48 años, realizaba su labor de panadero en un local en el que lleva trabajando desde su fundación en el barrio, hace 18 años. Con la huella de los puntos en la cabeza, explicaba cómo a primera hora del pasado viernes se rompía la rutina en la panadería y se producía un hecho inédito y sorprendente en una zona que califica no de tranquila, sino más bien de «supertranquila», aunque ese día fuese una excepción. Nunca les había ocurrido nada por el estilo y ahora tampoco han tomado ninguna medida especial de protección ni están preocupados porque se repita. No les va a cambiar el intento de robo su forma de hacer sus productos y la atención a los clientes.

«Oí que la empleada pidió socorro, entonces yo salí y cuando llegué vi a un tío delante de la caja registradora, dándole golpes a la caja y fui a por él. Entonces me dio un golpe en la cabeza y se escapó echándose a correr». El agresor iba provisto de una cadena de hierro para intimidar a quien se encontrara en la tienda y con ella luego atizó al panadero cuando éste intentó detenerlo con un empujón.

Lo inesperado

Martín Pérez pensaba al principio que la petición de socorro de la empleada era porque se le había caído algo encima y que necesitaba ayuda, pero no esperaba encontrarse lo que vio.

«Yo estaba cortando el pan para meterlo en el horno cuando oí los gritos, salí y vi a ese tipo pegándole golpes a la caja, le empujé y fue cuando me dio el golpe en la cabeza con la cadena». Pese al golpe en la cabeza no se desvaneció, pero sí sangró en la sien, aunque no fue una herida de gravedad, aunque la escena violenta sí produjo temor y preocupación por su estado después de la agresión recibida. «Me llevaron en ambulancia a la clínica San Roque, donde me atendieron, me dieron unos puntos y me fui para mi casa, no tuve que ser hospitalizado».

Nunca le había pasado nada por el estilo en los 18 años que lleva abierto el negocio, aunque sí reconoce que la empleada se asustó bastante y aún tiene el susto en el cuerpo. Tres días después del suceso, que ha sorprendido a los habituales clientes de la panadería, la normalidad ha vuelto al local.

La venta de pan, de embutidos y otros productos solicitados por los vecinos volvían a ser la escena habitual en la tienda de la panadería, dejando ya en el anecdotario unos hechos que perturbaron la tranquilidad durante unos pocos minutos de este local.

Un inicio de jornada accidentado

  • El intento de robo en la panadería de La Herradura se produjo poco después de las seis de la mañana, en concreto, sobre las 6.08 minutos, cuando Martín Pérez se disponía a meter en el horno los trozos de pan partido y la compañera de la tienda a atender a los clientes más madrugadores. Casi a oscuras en la calle por el horario elegido por el agresor, que huyó ante la resistencia del panadero, una ambulancia sanitarizada enviada por el 112 y una dotación de la Policía Nacional, que se encargó de realizar las pesquisas sobre estos hechos. Fue una intervención rápida.

La Provincia-Dlp

Florentino López Castro

Florentino López Castro

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