Los modelos sociales y políticos que presenta «Podemos»

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Los modelos sociales y políticos que presentan los dirigentes de Podemos son, cuanto menos, criticables por su actuación.

Esta vez es el caso de Marcos Ana, pseudónimo de Sebastián Fernando Macarro Castillo. Su tuit es claro: “Hoy cumple 95 años Marcos Ana, ejemplo de dignidad y compromiso, de lo mejor de nuestro país y nuestra historia”.

Pero ¿quién es Marcos Ana? Como ya publicó el semanario Alba, fue un joven dirigente de las Juventudes Socialistas en los primeros momentos de la Guerra Civil. Pasó en la cárcel desde 1939 hasta 1961, un mérito que para la izquierda española parece ser suficiente como para alabarlo, independientemente de sus otros “méritos”.

Bien, pues Marcos Ana fue condenado por tres asesinatos en los que participó en Alcalá de Henares, localidad en la que residía, cometidos en julio y septiembre de 1936. Sus víctimas, como todas las de la represión frentepopulista durante la Guerra Civil, cometieron el “grave delito” de ser religiosos o de derechas.

Su primera víctima, asesinada el 23 de julio de 1936, fue un sacerdote llamado Marcial Plaza. Tenía 41 años, su verdugo 16. Menos de dos meses después, el 3 de septiembre, sus víctimas fueron Amadeo Martín, de 24 años y cartero de profesión, asesinado por su vinculación con la organización política Acción Popular; y Agustín Rosado, labrador de 45 años que cometió el grave atentado contra el proletariado de asistir a misa los domingos.

Marcos Ana pasó 22 años en la cárcel. Su juicio fue visto para sentencia en 1943, siendo condenado a muerte. Sin embargo, como establecía la legislación española, al haber cometido los asesinatos antes de la mayoría de edad, le fue conmutada por una condena de 30 años de prisión. En 1961 se benefició del indulto decretado por Franco en el 25 aniversario de su proclamación como Jefe del Estado.

Cuando salió de la cárcel no volvió a Alcalá de Henares, según él explicó en sus memorias, fue para evitar provocaciones. La realidad es muy distinta, sabía que los familiares de sus víctimas no veían con buenos ojos su indulto. Así lo señalaron a la prensa de su momento algunos de ellos que explicaron la saña con la que actuó en esos tres crímenes y varios más que se le achacan pero que no se lograron documentar en su momento.

El testimonio de las familias

Mercedes Cabezudo, madre de Amadeo Martín el cartero asesinado cuando tenía 24 años, explicó en una entrevista concedida en 1963 cómo se desarrollaron los hechos: “Macarro y otros milicianos practicaron en mi casa un registro de dos horas, llevándose detenido a mi hijo, que fue asesinado a las siete de la tarde”. En la misma entrevista se cuenta como en el pueblo aquel asesinato dio mucho que hablar en aquellos momentos y explica que “Amadeo Martín se puso de rodillas al morir y perdonaba a todos y pedía perdón por nosotros”. También asegura que cuando contaba estos episodios “Macarro se reía y hacía gestos de burla”.

Otro de los testimonios estremecedores que se conocieron tras la liberación de Marcos Ana es el de Victoria Fraguas, tía del sacerdote Marcial Plaza, quien explicó en declaraciones a La Vanguardia en 1962 que el sacerdote fue asesinado de un tiro en la nuca delante de varios familiares, entre ellos la madre de la víctima.

En cuanto al asesinato de Agustín Rosado, los periódicos señalaron en 1963 como se desarrollaron los hechos. Le sacaron de su domicilio con el pretexto de que tenía que prestar declaración. En lugar de llevar a la víctima a dependencias policiales, le trasladaron a una zona conocida como “tierra de los ahorcados”, donde fue asesinado por el propio Marcos Ana.

Estos son tres crímenes cometidos por la persona a la que Pablo Iglesias, líder de Podemos, considera como “ejemplo de dignidad y compromiso, de lo mejor de nuestro país y nuestra historia” ¿Una declaración de intenciones?

(*) José Antonio Cabrera Martínez, periodista, escritor y delegado de Assopress en Canarias

Florentino López Castro

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