LOS ÁRBOLES NOS REGALAN NUEVOS FRUTOS: ESTRÉS POSTRAUMÁTICO

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Paseando con los perros hace unos días descubrí un árbol que nos regala nuevos frutos. Ahora podemos encontrar de forma gratuita “mascarillas” en muchos árboles. Para nada tenemos que preocuparnos si les cargan impuestos o no, o si hay en existencias.

Solamente tienes que dar un paseo y buscar árboles que produzcan naturalmente estos nuevos utensilios cotidianos y así recogerlas como quien recolecta castañas.

No es de buen gusto abandonar estos “nuevos y cotidianos utensilios” en lugares como éste. Existen contenedores de basura fácilmente localizables en la ciudad.

¿Educación o Instrucción?

Se define la educación como la “formación destinada a desarrollar la capacidad intelectual, moral y afectiva de las personas de acuerdo con la cultura y las normas de convivencia de la sociedad a la que pertenecen.”.

Cuando buscamos el significado de instrucción, podemos encontrar los siguientes entre otros significados:

  1. Caudal de conocimientos adquiridos.
  2. Indicación, generalmente dentro de una serie de ellas, que se da, a veces como orden, para hacer una cosa correctamente.

Pasear con los perros es muy interesante, te encuentras nuevos frutos colgando en los árboles y muchas bolsas de basura colocadas en lugares no adecuados. Un ejemplo que se está convirtiendo en una costumbre tradicional, es tener el contenedor vacío y las bolsas en el suelo e incluso sobre la tapa del contenedor que dificultan que se abra para colocarlas en su interior. Si vas a tirar el plástico en el contenedor específico para ello, encuentras bolsas de basura con otros desechos en el mismo y si te das un paseo con los perros te encuentras, además bolsas de basuras abandonadas junto a las papeleras.

¡Que interesante pasear con los perros cada día!

Me pregunto. ¿es una cuestión de educación o instrucción? ¿Y si fuera de ambas? ¿Por qué está sucediendo?

No podemos descargar, absolutamente, sobre las administraciones nuestras propias responsabilidades como ciudadanos y nuestra solidaridad como seres humanos. Cuidar de nuestro entorno no lleva mucho esfuerzo, simplemente seguir unas instrucciones muy básicas cortejadas por educación, sentido común y solidaridad.

Y dejando atrás este argumento autorreflexivo hoy me gustaría hablarles del trastorno de estrés postraumático en base a la psicopatología de la víctima de una agresión.

Trauma según la Real Academia Española de la Lengua se define como:

  1. Lesión duradera producida por un agente mecánico, generalmente externo.
  2. Choque emocional que produce un daño duradero en el inconsciente
  3. Emoción o impresión negativa, fuerte y duradera.

Un trauma deja una serie de lesiones psíquicas como son trastornos adaptativos (cuadros depresivos, ansiosos o mixtos), trastornos de personalidad (dependencia-normalización, paranoia-obsesión, hostilidad, evitación…) y trastornos de estrés postraumáticos (reviviscencias, evitación de situación asociadas, amnesia parcial, hipersensibilidad-activación).

El concepto del miedo, pero más en este caso el miedo al miedo expresa el temor a sentir las propias sensaciones de la ansiedad, el miedo a la activación fisiológica que conlleva el miedo.

Empieza la autoobservación frecuente y en la que quien la aplica detecta cambios minuciosos producidos en su actividad fisiológica, interpretándolos como algo peligroso, y entonces se inicia el circulo del pánico.

Tito Livio escribió: “El miedo siempre está dispuesto a ver las cosas peor de lo que son.”

Las víctimas de agresión sufren en la fase de intrusión algunos desordenes somo estar en estado extremo de hipervigilancia, imposibilidad de parar imágenes, ideas y emociones que vuelven una y otra vez a su mente, pensamientos repetitivos que no son productivos sobre temas relacionados con la situación, preocupación con temas relacionados con la agresión que lo inhabilita para concentrarse en otros aspectos de la vida y sensación de estar indefenso y confundido cuando piensa sobre temas relacionadas con el hecho ocurrido.

Los síntomas psicológicos del ataque de pánico (DSM-IV) que se observan son:

  1. Palpitaciones, sacudidas del corazón o elevación de la frecuencia cardíaca
  2. Sudoración
  3. Temblores o sacudidas
  4. Sensaciones de ahogo o falta de aliento
  5. Sensación de atragantarse
  6. Opresión o malestar torácico
  7. Náuseas o molestias abdominales
  8. Inestabilidad, mareo o desmayo
  9. Desrealización (sensación de irrealidad), o despersonalización (estar separado de uno mismo)
  10. Miedo a perder el control o volverse loco
  11. Miedo a morir
  12. Parestesias (sensación de entumecimiento u hormigueo)
  13. Escalofríos o sofocaciones.

Jorge González Moore escribió: “La forma de comunicación más eficaz y rápida es el pánico.”

Y finalmente si le das la vuelta a la situación y lo aprecias desde otro prisma, el pánico es una forma de comunicación en un idioma muy sutil y como algunos autores escribieron con elevada capacidad de contagio.

Ahora veamos algunas estrategias positivas de afrontamiento:

  • Aceptación del hecho
  • Compartir la experiencia de dolor y pena
  • Reorganización del sistema familiar y de la vida cotidiana
  • Reinterpretación positiva del suceso hasta donde sea posible
  • Establecimiento de nuevas metas y relaciones
  • Búsqueda de apoyo social
  • Implicación en grupos de autoayuda.

Ante esta situación de estrés postraumático es importante buscar ayuda profesional en la medida de lo posible. Hay terapias como la cognitiva que se dirige a identificar y cambiar los pensamientos negativos responsables del pánico.

La terapia conductual se centra en modificar conductas contraproducentes relacionadas.

Algunos autores despliegan la teoría de que no es la situación en si la que produce las emociones, sino lo que la persona cree o piensa acerca de esta situación, es decir depende del significado que se le atribuye a esa situación.

Hay muchas otras herramientas que no debemos olvidar como son el cuidado del cuerpo a través del ejercicio, del movimiento, de actividades como las artes marciales, el yoga, el pilates, etc.… El cuidado de la alimentación por las transformaciones bioquímicas que producen en nuestro organismo. El cuidado de las emociones a través de actividades como la meditación, la observación de la naturaleza, el silencio, la música, etc.

El cuidado energético mediante la búsqueda del bienestar usando la regularización de la bipolaridad de la energía que se puede realizar mediante métodos como la acupuntura, el anma, el masaje, etc.…

El cuidado de la relación con el entorno haciendo una valoración de cómo es nuestra relación con el entorno externo e interno y entender como nos gustaría que fuera realmente.

Estos pequeños ajustes que se pueden comparar con el afinamiento de las cuerdas de una guitarra harán que nuestra vida suene mejor y de manera más armoniosa y así se produzca el reencuentro con esa armonía extraviada, un tiempo recuperado y un flechazo de amor sorprendente con todo tu propio ser.

Mi querido Maestro, el Dr. Masaaki Hatsumi escribió: “La mayoría de las personas que practican las artes marciales, creen equivocadamente que la meta consiste en conseguir la victoria en cada ocasión. Si no son capaces de extraer el verdadero significado de la derrota recibida, difícilmente serán capaces de entender lo que realmente significa conseguir una victoria sobre el oponente. Creo que hay que añadir el valor positivo de la victoria con lo negativo, a simple vista, de la derrota que nos han impuesto. El resultado de la comparación de estas dos experiencias se nos presentará como una luz clarividente que nos muestre la realidad con toda su fuerza”

PD: Ni fácil ni difícil describir la situación de estrés postraumático para quienes lo hemos vivido en primera persona. Es justamente encontrar el ikigai. Este término japonés tan de moda en los últimos tiempos, quizás no para quienes hemos vivido más de la mitad de nuestra vida a caballo entre aquella y esta cultura. Ikigai es encontrar tu razón de vivir, tu razón de ser. Todos tenemos una o muchas razones para vivir, una y muchas razones por las que ser.

Pedro Fleitas González

Florentino López Castro

Florentino López Castro

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