«La última carta de Carmen»

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Muy “malita” tiene que estar viendo la partida la Alcaldesa, Carmen Hernández, para traer de vuelta a los dos Concejales de CC. “Reivindico el derecho de las personas a poder cambiar y rectificar” decía ayer en una emisora local, en una frase que es todo un alarde de “credibilidad” en boca de alguien que se dedica al tan denostado servicio de la política y con la que ya puede darse carta blanca a cualquier incumplimiento electoral o contradicción – y todo indica, que vayan a ser muchas-.

Sólo hace falta recurrir a la hemeroteca, para comprobar como allá por el mes de marzo declaraba: “Ni en nuestra hoja de ruta, ni en la del PSOE entra un pacto con CC”, apostillando“que no era lo que le pidió la gente”. Unos se han tenido que tragar sus palabras (NC) y otros sus reticencias (PSOE), para traer de vuelta a quienes tanto criticaron hace tan sólo 16 meses, pero ni los primeros han sido capaces históricamente de gobernar dialogando -necesitan mayoría, para poder imponer-, ni los otros, están dispuestos a contradecir a quienes les tutelan en sus decisiones-acudiendo a las reuniones y asambleas, sin recatarse lo más mínimo ante los ciudadanos, que observan con estupor-; más preocupados éstos, por la buena marcha de sus pactos, que del posible hundimiento del Partido en Telde, al situarse bajo el objetivo de las cámaras, poco conscientes del daño que históricamente, le han hecho con ello al Partido en Telde.

Y en esta tesitura, nos encontramos, con que tras fracasar en el intento de conformar una nueva mayoría con los dos Concejales afines a Podemos, Carmen, sabía que CC, eran su última carta posible. Y ésta carta no le podía fallar, pues si la gestión en tareas de Gobierno de estos dos Concejales, no ha ido mucho más allá de la mera foto y el marketing, en la oposición, sencillamente, no existen. Hay políticos que se les ve en tareas de Gobierno y/u oposición y otros que obligatoriamente, necesitan tocar poder para visualizarse. Desgraciadamente, Telde parece ir sobrado de éstos últimos.

Con todo esto, la verdadera “partida” que afronta Telde es que en 16 meses, el Gobierno ha conseguido el dudoso mérito de haber agotado ya todo su crédito. La “solución” que decían traer para Telde: reapertura de Escuelas Infantiles, políticas sociales como bandera, revitalización del empleo y el comercio… todo esto, parece haber caído ya en el olvido. No en vano, analizar hoy en día, la viabilidad de los programas electorales y las propuestas que “sembraban juntos” con “el valor de la palabra” hace tan solo 16 meses, parece una quimera; al menos, a cuatro años vista. Los programas electorales, a día de hoy, resultan caducos. Y es que el problema de Telde, no se soluciona con garantizar una mayoría de Gobierno; no es un problema cuantitativo, sino cualitativo; se requiere actitud y aptitud. Actitud de trabajo y de consenso con todas las fuerzas políticas; aptitud para saber llevar las riendas de un Ayuntamiento que agoniza y que requiere de unos gestores que ya vengan aprendidos. Telde, no está ni para “aprendices”, ni a la vista de las gestiones de los últimos quince años (más o menos desde que empezaron las expropiaciones caciquiles, las obras faraónicas y los primeros casos de corrupción), Telde, mucho menos está, para “repetidores”.

Si ponemos las cartas boca arriba, nos encontramos con un Gobierno reo de sus torticeras y/o caciquiles decisiones, saltándose u omitiendo procedimientos legalmente establecidos y que seguimos pagando los ciudadanos. Por ello, no es de extrañar las prisas de la Alcaldesa por garantizarse una mayoría que le garanticen el voto favorable en algunas cuestiones de calado, que se avecinan. Así, a la obligación de readmitir a una trabajadora -despedida en periodo de gestación-, pronto, serán nuevamente los Juzgados, los que resuelvan lo que ellos no son capaces de resolver por la vía administrativa; dirimiendo si los dos ADL’s deben cobrar los salarios que se les adeuda desde el mes de enero y si el Consistorio puede retomar la puesta al día en el pago de sus cotizaciones sociales y por ende, abrir nuevamente la puerta, a poder recibir subvenciones de otras Administraciones. Eso sí, tanto los costes de readmisión de la trabajadora despedida, como los recargos por aplazamientos que aplique la Seguridad Social, volverán a salir de nuestras carteras. Tampoco se debe obviar, que la conciliación en lo social, no exime de la responsabilidad en que se pueda incurrir, ante cualquier acto administrativo contrario a derecho, que se pudiera acordar.

Nuestros gestores, ya se han mostrado, en tan sólo 16 meses, incapaces de elaborar unos presupuestos propios, de gestionar sin Concejalía de Contratación (Telde “no aparece” en el B.O.P. por este concepto desde…¡Diciembre/2015!) y en consecuencia, abonando mediante facturas, a mayor coste del que supone la contratación a largo plazo -libre concurrencia y a la oferta más ventajosa-, el socorrismo en las playas, los servicios en cementerios, el mantenimiento de vías y obras, la limpieza de colegios, el mantenimiento de vehículos y de instalaciones deportivas, el suministro eléctrico…etc. Por si fuera poco, fueron a Madrid a por “lana” y regresaron sometidos a nuevos ajustes, que obligarán entre otros, a que en dos años se tenga que imputar la totalidad del saldo de la famosa “cuenta 413” al presupuesto de gastos; y todo ello, sin que a día de hoy, se pueda recibir subvención alguna, lo que supone una clara merma por el lado de los ingresos. Con todo este panorama, resulta hasta normal, que Carmen haya decidido jugárselo a la última carta, aunque esta vez, se trata de cartas marcadas para los teldenses.

José Antonio Amador Naranjo, analista socio político de Telde

Florentino López Castro

Florentino López Castro

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