«La moral que me esclaviza»

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´El individuo ha luchado siempre para no ser absorbido por la tribu. Si lo intentas, a menudo estarás solo, y a veces asustado. Pero ningún precio es demasiado alto por el privilegio de ser uno mismo.´

Nietzsche.

Y con  permiso de Nietzsche, … y por ser libre.

Estoy convencido de que la libertad es uno  más de los muchos constructos  estúpidos que utiliza el hombre para justificar su  vano deseo de separarse del orden natural, para quedar adormecido en los brazos de su propia soberbia, apartado de su realidad.

Una realidad que es esclava de una  moral, estúpida, cabrona, y nada adaptativa, que se escapa de las sanas ataduras de de las leyes naturales, que facilitan  la supervivencia, para caer rendida en los brazos de religiones extemporáneas  y culturas prostituidas.

Religiones y culturas que  modelan la conciencia del ser humano, imponiéndoles normas y modelos conductuales dañinos y antinaturales, que secuestran la libertad de la persona para hacer  y comportarse como le exige su propia naturaleza, sus propios instintos, enjalmándolo con una existencia frustrante por ir en contra de su propia esencia.

Religiones y culturas que premian al hombre que se deja absorber por la ´tribu´ y que castigan duramente a aquellos pocos que, consciente de su esclavitud, buscan ´el privilegio de ser uno mismo.´

De esta forma, el ser humano, que en su vanidad ha pretendido  liberarse de las leyes  naturales,  que le garantizan la supervivencia como especie, ha sido esclavizado por una conciencia colectiva, que amenaza su destrucción sin que sea consciente de ello.

José Juan Sosa Rodríguez

Florentino López Castro

Florentino López Castro

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