Arrecia la polémica en la Policía Local de Telde por el estado de limpieza de los vehículos del cuerpo y por una orden de la jefatura que prohíbe a los agentes uniformados lavar los coches al entender que «conlleva un serio desprestigio para la institución policial». Uno de esos policías se negó el sábado a patrullar con su coche por lo sucio que se encontraba y pagó a unos gorrillas para que se lo limpiaran en plena calle, en la trasera de la ermita San Pedro Mártir, en San Juan. Tenía hasta restos de vómitos.
Todo se origina porque hay policías que acostumbraban a pasarle un paño al coche cuando iniciaban el servicio, pero a Antonio Mederos, jefe accidental de la Policía Local de Telde, no le terminaba de parecer bien, de ahí que el 18 de junio pasado emitiera una orden, la segunda de 2014, en la que instaba a los policías a abstenerse de lavar o realizar labores de adecentamiento de cualquier tipo de vehículo oficial o policial si están vistiendo el uniforme reglamentario.
Les insta a que si observan que un vehículo requiere ser adecentado, que formulen parte o informe haciéndolo constar. Les recuerda, en este sentido, que «con mucha frecuencia» se dispone de personal que cumple condena de trabajos en beneficio de la comunidad al que se le puede encargar estos cometidos.
Y les deja claro que «en ningún momento» podrán dejar de prestar servicio con un coche que «pudiera presentar síntomas leves de suciedad». Debe ser que el sábado el coche tenía algo más que síntomas leves, y el agente, dada la prohibición, se buscó la vida.
(*) Fuente: Canarias7
