La finca de árboles frutales de la Hoya de San Pedro, seca y abandonada

Hace poco más de tres años la finca municipal de la Hoya de San Pedro, junto al ambulatorio de especialidades y la ermita de San Pedro Mártir, se iba a convertir en el vergel soñado para la ciudad de Telde. Sin embargo, la situación actual dista mucho de ese deseo y hoy es un lugar abandonado, con los árboles secos y sus instalaciones en precario. Y no parece que tenga solución inmediata, de hecho ni siquiera su rehabilitación aparece en las tres anualidades firmadas con el Cabildo de Gran Canaria para su inclusión en las obras a ejecutar por el Fondo de Desarrollo de Canarias (Fdcan).

En el último año del mandato gobierno entonces presidido por María del Carmen Castellano, las gestiones realizadas por la edil popular María González Calderín ante el Cabildo de Gran Canaria lograban que el área insular de Agricultura donara 25 árboles frutales para la finca. Aguateros, nispereros, olivos, mangos y cafetos fueron los árboles elegidos para dar empaque y vida a los 2.000 metros cuadrados de superficie de titularidad municipal. Contaban con la labor, además, del personal contratado en el proyecto Zonas Agrarias Deprimidas (ZAD) para la reparación de los muros y los accesos.

Una recuperación frustrada

María Calderín recuerda el esfuerzo realizado en su etapa de concejala de Agricultura, «donde logramos recuperar este espacio, que queríamos convertir, no solo en una finca donde se plantaran los árboles frutales, sino también como un atractivo turístico para los visitantes al conjunto histórico artístico de San Juan y San Francisco, aprovechando su ubicación».

La exedila del Partido Popular ahonda en la necesidad de recuperar la finca, «no solo ya por la mala imagen que da un lugar que está a las mismas puertas del barrio de San Juan, sino porque se desaprovecha su potencial. Hay que recordar que existe un pozo, con horas de agua, y un cuarto de aperos que queríamos convertir en un puesto de venta de productos de Telde, pero nada de eso se ha podido hacer y lo que nos encontramos es la finca con los árboles secos, llenas de hierbajos, abandonada y sin que se vea por parte del Ayuntamiento de Telde ninguna gestión para recuperarla».

Una breve observación de la finca muestra cómo su estado no es el que se esperaba que tuviera tres años después y las aceitunas, granos de café, nísperos, mangos o aguacates brillan por su ausencia en una tierra aún no yerma, pero que va camino del desastre.

Al igual que ocurre con la finca de La Herradura, también abandonada y que llegó incluso a estar en la lista de obras del Fdcan, también ha saltado de esta inversión y tendrá que esperar mejores tiempos, salvo inversión de otra institución.

La Provincia-Dlp