La diferencia de pregonar a dar trigo

Comparte esto:

No descubro nada nuevo si afirmo que Telde estaba pasando por uno de los momentos más delicados de su historia. Más allá de los afectos personales, creo honestamente que el equipo que dirigía Castellano no hizo una labor como para ser recordado por los ciudadanos por alguna gesta digna. Al contrario, tomó decisiones dañinas en parcelas necesarias sin reparar en los perjuicios sociales. Creo, sin embargo que el tiro de gracia se lo dieron ellos mismos desde que tomaron posesión, allá en 2011, con los socios que se buscaron. El roce hace el cariño, o pudre, y entre los hijos del faycanato y los del ciucato aquello fue un desorden, que además acabó mal cuando los segundos se cansaron o ya tenían la hucha con suficiente rédito. Para rematar, ‘Pablito el verdadero’ les chafaba cada buena intención que se proponía desde la parte de los populares.

Ahora que se han cumplido los cien días de la considerada cortesía política, vemos que Telde parece sufrir menos escándalos que entonces, pero las soluciones que se vaticinaban y aseguraban en la campaña electoral no parecen tan fáciles. No dudo que ese cuatripartito esté haciendo todo lo posible porque las cosas salgan conforme a lo prometido, pero los obstáculos no son fáciles de superar. La herencia recibida, manido argumento de casi todos los nuevos gobernantes, en el caso de Telde era para sonrojarse, por vergonzosa. No sé cómo alguien puede hacer un final de ciclo así, con las arcas colectivas llorando a lágrima viva.

Creo que los nuevos salvadores han hecho poco hasta ahora, no sé si porque no han podido o no han sabido, y eso que la alcaldesa ha tenido la suerte de encontrarse a uno de sus jefes de filas en la Presidencia del Cabildo, lo que puede hacer que el grifo económico se mantenga en posición de goteo. Eso sí, se confía en que si hay inversiones se aprovechen de verdad, sin repetirse las  pantomimas del mandato anterior.  La apertura de las escuelas infantiles continúa siendo la gran asignatura pendiente, pero también les va en juego su credibilidad (sobre todo a la alcaldesa) ante una ciudadanía que sigue atenta a la gran promesa del mandato, a modo de contrapeso de la gran pusilanimidad de los ‘Castellano’s boys’ en el anterior curso político.

A grandes rasgos, las calles de Telde siguen teniendo los mismos baches, los reparadores de las mismas siguen echando el alquitrán igual, a borbotones; los contenedores de basura siguen igual de sucios y destartalados; los dedicados a cartón y plástico rebosando con frecuencia en las calles. La mayoría de cuanto criticaban sigue igual, lo que comprometieron con la ciudadanía aún en fase lejana a la ejecución. Según desde qué lado de la barrera se esté, las cosas son distintas, quizá no tan fáciles como se lo hicieron creer a los votantes. Con todo, de momento, no se sitúan en el socavón de impopularidad de sus antecesores.

Antonio Sánchez, periodista en LA HOJA POPULAR CANARIA / septiembre 2015

Florentino López Castro

Florentino López Castro

Deja un comentario