Un cambio generacional está insuflando una bocanada de solidaridad y auxilio social que difícilmente recuerdan los más viejos del lugar. Paralizan desahucios a la misma velocidad que cubren necesidades básicas de familias enteras en riesgo de exclusión social. Son cercanos, cariñosos, pero también reivindicativos y resolutivos.
Desafiando la Pandemia van, puerta a puerta, casa por casa, conociendo cuántas circunstancias demandan su atención a través de las redes sociales o los medios de comunicación. Sin más recursos que una inquebrantable fuerza de voluntad e implicación social solo al alcance de los elegidos, recaudan fondos, alimentos o pelean con la administración que corresponda para lograr sus objetivos de proteger al menos favorecido, a los que peor están.
Son jóvenes con ganas de trabajar por la comunidad que entregan su tiempo movidos por el impulso vital de ayudar a cambiar una realidad tan desigual. Pero no solo lo dicen, lo hacen. Gracias a los Carlos Carreño, Jazael Quevedo… de verdad, son un precioso ejemplo para todos, cabeza visible de muchos colectivos que trabajan en silencio ayudando a cientos de personas como la Asociación Guillermo Casañas de Jinámar, o Cáritas (entre otros) con muchísima gente joven implicada detrás.
Mención aparte y especial para ese ‘oso gruñón’ que es todo corazón, Arístides Rodríguez y su incombustible plataforma ciudadana Telde Responde. Más de cuarenta años entregados a la causa social lo contemplan. No importa la hora, el día, ni lo difícil que pueda ser el problema, siempre está, siempre ‘responde’ a la llamada de auxilio para resolver la situación. Su legado está garantizado con esta hornada joven e inquieta que ha visto en él, un referente en la lucha social sin más pago que la tranquilidad del que lo da todo a cambio de nada.
Algo bueno está pasando y no es un cuento de navidad…
Florentino López Castro, posee estudios de periodismo por la Universidad Internacional Isabel I de Castilla y es director de ONDA GUANCHE
