Nuevo contratiempo para las obras de ensanche de la carretera de Melenara. Primero fue la huelga de los trabajadores, después vino la renuncia de Petrecan, la anterior empresa que estaba acometiendo la actuación, y ahora es el descubrimiento del pésimo estado de las tuberías de abastecimiento lo que retrasará aún más la apertura de esta conexión vital entre casco y costa.
En la intervención que Lopesan está desarrollando en la vía, cuyo objetivo es la de dar forma a una carretera segura, que aporte conectividad a la ciudad y que favorezca la movilidad sostenible con una vía que tendrá una plataforma de 18 metros de ancho, aceras de tres metros a cada lado, un carril bici y plazas de aparcamiento, se ha visto que la antigüedad de estas tuberías de fibrocemento pueden dar problemas en un futuro cercano.
Por ello se hace necesaria la intervención de Aguas y Saneamiento, que procederá a cambiarlas por unas tuberías de PVC. Además, se aprovechará para llevar a cabo un cambio en el trazado de la red, ya que el actual recorrido quedará bajo la zona de rodadura. Concretamente, el nuevo trazado estará ubicado -en sentido bajada- dos metros hacia la derecha del actual. «Hemos considerado que el momento era el oportuno para desarrollar la obra y evitar futuros desabastecimientos en toda esta zona de costa, así como tener que abrir la nueva carretera en un futuro para proceder a cualquier arreglo o sustitución», explica el vicealcalde y edil del departamento, Héctor Suárez.
Este expediente ya está en contratación y pendiente de adjudicación. Está proyectado que las obras duren aproximada un mes, y una vez concluidas se terminará de asfaltar la carretera, por lo que no se espera que la vía esté operativa para el tráfico rodado hasta, mínimo, febrero de 2022.
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