La casta política de Telde (Gobierno y oposición), vuelven a embolsarse el suculento e improductivo sueldo de enero y las dietas del pleno de el próximo viernes sin haber hecho los deberes, tras haber estado cruzados de brazos el último mes. Eso al menos se desprende del orden del día del próximo pleno municipal ordinario, el termómetro mensual de la gestión política del Gobierno de laboratorio y la oposición de cartón piedra de Telde, con tan sólo una moción, concretamente del PSOE sobre el centenario de Benito Pérez Galdós, con la que está cayendo en Telde, que era para llenar de contenido, denuncias, reprobaciones (entre otros al inútil concejal Tino Arencibia), y propuestas el orden del día del pleno.
A pocos meses del tercer año de sufrimiento de la ciudadanía el Gobierno infame de Telde y la oposición tarambana siguen cobrando, sin trabajar, como estamos viendo mes a mes en los plenos municipales vacío de contenidos.
Incultura política, incapacidad de gestión y vagancia
Hay dos factores determinantes en la improductividad política manifiesta en Telde. Por un lado la incultura política. Más de la mitad de los concejales no sabía ni donde estaba el Ayuntamiento hasta la toma de posesión del cargo, la incapacidad de gestión, el desconocimiento absoluto de la realidad social, cultural, vecinal y política local (la inmensa mayoría no conoce ni los nombres de los barrios de Telde (por ejemplo, el concejal de Arucas, Gregorio Viera), y la vagancia infecta, común en casi todos y todas, al que a partir del viernes día 2 de enero se incorpora un nuevo concejal transfuga.
Entre las atribuciones del Pleno destacan la fiscalización y control de los órganos de gobierno, la aprobación y modificación de las ordenanzas y reglamentos municipales, la aprobación de los presupuestos, los acuerdos relativos a la delimitación y alteración del término municipal, la determinación de las formas de gestión de los servicios, los acuerdos de participación en organizaciones supramunicipales, mociones que emanan de la visita de los concejales a los pueblos y barrios trasladando al pleno sus propuestas, etc.
Esta panda de mediocres, vagos y maleantes (alcaldesa, concejales y asesores), en su inmensa mayoría son más inútiles que un cenicero en una moto. En una empresa privada no hubieran superado el período de prueba.
Paga pueblo, paga.
Manuel Ramón Santana
