miércoles, 24 abril, 2024

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Graves desperfectos en el colegio de El Calero (Telde)

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La entrada de los alumnos de primaria a primera hora de la mañana al colegio Esteban Navarro, situado en el barrio de El Calero, se está convirtiendo en un auténtico problema desde hace pocos días. La delimitación de una zona del centro escolar por el riesgo de cascotes, la estrechez de la puerta de acceso y las empinadas escaleras de bajada que deben atravesar los niños para llegar hasta el patio central son algunos de los elementos que preocupan a los padres de los pequeños, que esperan un arreglo integral del centro (que posee las infraestructuras escolares más grandes del municipio y más de 500 alumnos).

La falta de tiempo antes del comienzo de clases y el limitado espacio que poseen para entrar, sumado a las ansias propias de la infancia, provocan casi todas las mañana caídas entre los pequeños, e incluso alguna mujer adulta ha tropezado por la avalancha que se forma con la apertura de la puerta. «Aquí se forman los san fermines cada día», manifestó ayer un padre incrédulo. El suceso se produce desde el lunes, pues desde la dirección del centro se ha tomado la medida de abrir las puertas cinco minutos antes del comienzo de las clases -a las 8.30 horas- en vez de permitir el acceso.

Por una lado, es una cuestión de normativa. Los alumnos y los padres acostumbraban a entrar 15 o 20 minutos antes cuando está establecido que deben acceder al recinto con pocos minutos de antelación para que los profesores puedan hacerse cargo de la vigilancia de los pequeños. Por otro lado, tras la finalizar las vacaciones de Semana Santa, el riesgo inminente de la caída de cascotes de las fachadas del edificio principal -que se encuentra acotado por la zona izquierda por vallas y cintas de balizamiento desde el mes de febrero- ha obligado a los docentes a reformular la recepción de los pequeños para agilizar la entrada a sus clases y asegurar la seguridad. La costumbre era colocar a los pequeños en filas según su curso, para después dividir su entrada por ambas direcciones -derecha e izquierda-.

Al cerrar uno de estos accesos y desviar a todo el alumnado por una misma entrada (añadiendo que debían acceder por filas para evitar acercarse a las fachadas del edificio y correr peligro por el riesgo de la caída de cascotes) se ralentizaba todo el proceso durante bastantes minutos. De este nuevo modo, en el que se anula la organización de los alumnos por filas y permiten que todos accedan directamente al edificio pocos minutos antes de la entrada de las clases se consigue garantizar rapidez y sobre todo seguridad. Sin embargo, el problema de las aglomeraciones comienza a preocupar a muchos padres. Desde la asociación de madres y padres de alumnos se suman a los deseos de la propia dirección del centro y reclaman a las instituciones públicas que ensanchen la puerta principal e instalen una rampa para mejorar el flujo. «Cada mañana se forma un tapón a la entrada del colegio, la puerta es muy estrechita y todos quieren pasar cuanto antes: esto ha provocado alguna caída de niños pequeños por la escalera, así que es necesario solicitar la ampliación de la puerta y una rampa a la entrada para evitar tropiezos y mejorar la accesibilidad del colegio», explicó Angélica Santana, miembro del AMPA. Asimismo, explica que los padres andan preocupados por las condiciones en las que se encuentra el centro escolar. «Hay problemas graves con la vías, que están oxidadas: hay una zona que ha sido delimitada con vallas para que los chicos eviten acercarse a las fachadas por el riesgo de cascotes, pero lo ideal sería que instalasen mallas protectoras en las paredes», afirmó.

El Ayuntamiento de Telde ejecutó unas catas en los pilares del edificio para comprobar el estado. Los hierros que sostienen estas columnas se encuentran completamente oxidados, según detallaron los padres de la asociación. Los técnicos de la Concejalía de Educación del Gobierno de Telde, que dirige Marta Hernández, redactaron hace unas semanas un informe en donde certificaban que el colegio presentaba problemas en su estructura y que debía ser reparada. Asimismo, hace dos meses que instalaron vallas de hierro para alejar a los pequeños de las fachadas y retiraron los focos de luz que colgaban desde lo alto del edificio por precaución. Desde la dirección manifiestan preocupación por el estado del colegio, que tiene más de 30 años. Por otro lado, Hernández sostiene que hace dos años se realizaron obras de mejora en el centro escolar (como la sustitución de la canalización del agua o de los pretiles del edificio de infantil, así como la mejora del muro de contención que se halla a la entrada del colegio) y añade que nadie solicitó el ensanche de la entrada o la instalación de una rampa. Asimismo, prometió que analizaría esta problemática para buscarle una solución.

La Provincia-Dlp

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Florentino López Castro

Florentino López Castro

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