¿Es la vida cortejo, o reproducción?

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El acento seductor que nos propone la vida nos indica que todo comienza con un cortejo basado en el vitalismo y el humanismo.

¿Nosotros a la vida? O ¿la vida a nosotros?

La vida nos seduce con sus encantos y también con sus desencantos. Esto  nos permite aventurarnos a seducir a la “seductora”=vida. Es una aventura única donde comienza con un temblor interior que se convierte en un evento muy íntimo que nos permite arriesgarnos a romper nuestros propios límites para volar, quizás primero con temor pero después…

VOLAR SIN TEMOR

Y me pregunto ¿Quién seduce a quién? La vida es una oportunidad única que nos ofrece el destino para mirar fuera y dentro y al mismo tiempo desde fuera y desde dentro. Es un oportunidad para levantarnos muchas veces y para desfallecer en otras ocasiones y caer como una hoja de un árbol auspiciada por el viento.

Pero sobre todo es un oportunidad para avanzar y retroceder si fuera necesario y todo con el objetivo de quebrar nuestros límites anquilosantes adquiridos y a los cuales nos sometemos bajo un chantaje y soborno automático y al cual nos acostumbramos llegando a tener la creencia que desde ahí no podemos pasar, que desde ese punto no existe más vida. Es entonces cuando nuestros límites se convierten en grilletes.

La vida es un cortejo continuado y aprender a vivirla es un arte que nos permite colaborar con la reproducción como una forma de generar bienestar de forma continuada sobre los seres que nos encontramos.

Hay que romper el paradigma. El paradigma se nos ofrece como un ejemplo a seguir y desafortunadamente no siempre  contribuye a la seducción ni a la reproducción.

Atrévete y rompe el paradigma, verás que no tienes límites y que lo que considerabas límites eran grilletes. Rompe tu propio paradigma y de repente aparecerán las llaves de los grilletes y alguien que corteja y reproduce la vida que se prestará a ayudarte.

Escribió Dostoievski: “soy un hombre ridículo. De hecho, ahora ellos me llaman loco. Podría considerarse un ascenso de categoría porque sigo siendo para ellos igual de ridículo que antes. Pero ahora ya no me enfado, ahora todos ellos me son simpáticos, aunado se ríen de mí; es más, en estas ocasiones, por alguna razón me resulta particularmente simpáticos. Incluso estaría dispuesto a reír con ellos – no de mí mismo sino por el afecto que les tengo…”

Vamos a seducir la vida y a dejarnos seducir por ella y de esta forma reproducir momentos de felicidad repetibles e inolvidables.

Pedro Fleitas

Florentino López Castro

Florentino López Castro

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